ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 6 | Page 112

ñes, que si la siembras en otra zona ya no sabe igual”, me explica Isabel, que lleva toda la vida dedicada a la finca aunque no se atreve a teorizar sobre el papel que pueda desempeñar la cercanía del mar en el cultivo de la zona en general y de la faba en particular. “Aquí no abonamos con químico, sólo un poco de cucho, porque si no les queda la piel como áspera”, esa es la única clave que me detalla de la atención que le presta a un producto al que le dedica “más espalda que cariño”. Pili comprueba cómo están las fabes que Isabel le tiene preparadas, envasadas al vacío para que puedan ir directas a la cocina de Les Pomares. “Es que son de muy buena calidad, muy cremosas, muy sabrosas”, dice mientras mete la mano en un saco lleno de fabes secas. Prefiere utilizarlas así, totalmente deshidratadas, mejor que frescas. Habíamos dejado a la carnicería ‘Terente’ unas líneas más arriba empapelada de manteles escritos por Pili el día después del certamen de ‘La mejor fabada del mundo’. Fermín, el dueño del negocio, atiende como cualquier otro día a su clientela, que se ha ampliado en los dos últimos meses: “tengo gente que compraba en otras carnicerías que ahora vienen sólo a por el embutido de la fabada, se nota que con lo del concurso sales en todos los medios y viene mucha más gente”. Pili es sincera cuando le pregunto cómo llegó hasta este pequeño establecimiento del barrio de El Llano, en Gijón, “probé muchos embutidos antes y sigo probando muchos porque nunca sabes lo que puede pasar, pero el producto de Terente me encantó”. El negocio lleva más de veinte años abierto y desde que en 1998 Fermín decidió empezar a elaborar su propio embutido, es la única carnicería en Gijón que apuesta por lo artesanal. La clave, me