ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 4 | Page 22
previsto poner en el mercado algunas botellas y dedicar el resto a regalo de empresa.
Me detengo tanto en estos dos últimos casos porque no deja de resultarme llamativo
que aquellas dos empresas que me abren sus
instalaciones y están dispuestas a enseñarme todo el proceso de sus olivos gallegos
produzcan solamente unos cientos de litros.
Algo más de 1.500 entre las dos. Es una lástima que la elaboración de esas otras decenas
de miles de litros, la gran producción, me sea
imposible de ver de primera mano. Y quien
dice elaboración dice alguno de sus pasos, alguna de las fincas, algún certificado. Nada.
Con Olei, la cuarta de las marcas en el mercado, contacté en diversas ocasiones a lo
largo de los cuatro últimos años. No he conseguido poder visitar una de sus plantaciones. En una ocasión era demasiado pronto
y, cuando volví a intentarlo, era demasiado
tarde. En otra el ingeniero agrónomo estaba
de viaje. Sí que me he reunido en dos ocasiones con representantes de su departamento
de marketing y he intercambiado unos cuantos correos con su departamento de comunicación a lo largo del tiempo. El último, en
el que adjuntaba el cuestionario base de este
reportaje, no recibió respuesta, así que lo
que me queda son los datos anteriores y la
información que ellos mismos facilitan.
En 2012 envasaban 30.000 litros de AOVE autóctono, según informan, y esa cifra
ha ido disminuyendo hasta los 15.000 de la
actual campaña. La nota de cata afirma que
lo que se embotella procede de la variedad
brava gallega (pendiente de inscripción en
el Banco Mundial de Germoplasma, recordemos) y que es un coupage. No se indica si es
un coupage de variedades, en cuyo caso falta
por saber cuáles serían las otras, o de procedencias. No se indica tampoco añada ni porcentajes del coupage, datos que uno agradecería en un aceite de más de 30€/l.
A modo de resumen podríamos decir que,
cuando menos y a pesar de los loables esfuerzos de transparencia de una parte de
los productores, falta información y, desde
luego, falta mucha claridad. Los etiquetados
hablan de tradiciones milenarias, de olivos
centenarios, de un saber transmitido durante siglos pero casi nadie afirma nada, co-
MAYOR INFORMACIÓN IRÍA EN
BENEFICIO DEL CONSUMIDOR
Y DEL ELABORADOR QUE HACE
BIEN LAS COSAS