ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 2 | Page 110

FICCIÓN JORDI LUQUE SANZ “El sufllé” es el segundo de los cuatro cuentos de temática gastronómica basados en grandes relatos cortos de la historia de la literatura. En esta ocasión el autor toma como inspiración “El dinosaurio”, de Augusto Monterroso, y en general las brevedades del escritor guatemalteco. Además, el texto oculta varios guiños a la obra de Enrique Vila-Matas. El suflé T JORDI LUQUE SANZ enía por delante las cinco horas y media que duraba el trayecto en AVE desde Barcelona hasta la estación de Santa Justa, en Sevilla, para preparar el discurso de agradecimiento. Me entregarían, esa misma noche, un Premio Nacional de Gastronomía a la Labor Periodística. Me premiarían y no tenía nada que decir. Y eso, claro, me angustiaba. Podía considerarme afortunado. Tenía por delante cinco horas y media y no mucho menos, no las dos horas y media que ocupa el viaje a Madrid, donde la Academia suele entregar sus premios año tras año. Fue algo inesperado que, por una vez, decidieran trasladar la entrega. Fue sorprendente que fuera así, porque la Real Academia de Gastronomía es bastante dinosauria y no suele moverse más de lo que un fósil se mueve. Pero se movió hacia el sur. En el tren podría escribir y pensar. Además, la comida era nefasta . Imposible distraerse con ella. … Augusto Monterroso escribió que un escritor suramericano se enfrenta a tres posibles destinos: destierro, encierro o entierro. Así me sentía yo viajando hacia el sur sin mi discurso de agradecimiento, enfrentándome a uno de estos tres destinos. Me quedaría sin habla, entre otras cosas porque el premio que me entregaban aquella noche me importaba tres pepinos, por ponerlo en clave gastronómica. Estaba poco motivado para escribir un discurso inteligente. Pero había aceptado el premio y el compromiso que conllevaba. Francisco Anchón, presidente de la Academia, me había pedido que en mi discurso de agradecimento reflexionara sobre el futuro de la gastronomía española. ¿Cuál es tu visión?, me había preguntado con su acento castellano tan cerrado, estanco como la misma Academia. Yo me preguntaba lo mismo, ¿cuál era mi visión de la gastronomía española? … El tren empezó su trayecto puntualmente. A medida que avanzaba por el túnel oscurísimo que desemboca en l’Hospitalet, me parecía que su discreto traqueteo me preguntaba, precisamente, ¿qué opinión tienes de la puñetera gastronomía española? Mi opinión sobre la mayor parte de las manifestaciones culturales españolas era, y sigue siendo, bastante pesimista. Me parece