ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 1 | Page 65

65 ese y no otro? Cuando ves la cantidad de escritores buenísimos que no lo han ganado nunca, te preguntas qué credibilidad tiene el Nobel. Ninguna. En general eso de los premios y las estrellas gastronómicas me emociona tan poco como los premios Nobel, o los literarios. Los premios literarios me los conozco bien y son la corrupción absoluta”. Para el escritor, la comida forma parte esencial de cualquier viaje. Cuando vivía en Nueva York a principios de los años ochenta, alucinaba cuando llegaban algunos amigos españoles que decían: “¡Coño, estos americanazos no saben hacer una tortilla de patatas!”. Está convencido de que no hay ningún país del mundo donde se coma mal. Puede haber más miseria o menos miseria, pero opina que hay que ser lo suficientemente abierto como para entender qué cocinan y de dónde viene el hecho de que cocinen como lo hacen y por qué de determinada manera. Por eso, cada vez que se le presenta la oportunidad de hacer un viaje, lo primero en lo que piensa es en lo que podrá comer. Hace unos meses aceptó ir a un festival literario en Cremona y de inmediato empezó a hacer un repaso por toda la cocina cremonesa y trató de informarse de los sitios a los que ir, pero “en Italia pasa como en Euskadi y en Francia, que si vas y te metes en un mal restaurante es que eres definitivamente idiota. Al contrario que aquí”. Precisamente Fran Lebowitz dijo “If you’re going to America, bring your own food”, pero en cambio él cree que se come como los ángeles y que seguramente Nueva York es la ciudad del mundo donde mejor se come. Por eso se enfada cuando oye “a esos cretinos que dicen que los americanos sólo saben hacer hamburguesas. ¡Cojones, ojalá tú supieses preparar una hamburguesa como la preparan ellos!” Además asegura que no es cierto que sólo sepan hacer hamburguesas y que en “Estados Unidos hay de todo. No he estado en China, pero en Nueva