ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 1 | Page 41

41 [email protected] / @MIQUELBONET na extravagante, pero no se puede desdeñar a la ligera. Así, en las circunstancias actuales de merma de ingresos en el seno de las familias lo lógico sería que dicha actividad se resintiera en la misma y dolorosa medida. En segundo lugar, está el factor tiempo. Se conoce que el capitalismo como sistema social se caracteriza por vampirizar sin escrúpulos el tiempo de las personas. La falta de tiempo es altamente incompatible con el hecho de cocinar. Hasta ahí todos de acuerdo. Añadimos que el común de los mortales —los tontos— obtienen los recursos crematísticos de los que hablaba más arriba mediante el trabajo, una actividad que según me han contado es FATAL en relación a la disponibilidad de tiempo. Ya la tenemos montada: si tienes dinero es que tienes trabajo es que no tienes tiempo y, por tanto, otro tendrá que cocinar para ti. Pero, qué pasaría si de repente, por una extraña conjunción astral como la que se llevó por delante los dinosaurios, medio país se quedara sin trabajo? ¡QUE VOLVERÍAMOS A TENER TIEMPO! La ciencia es fascinante. Les ilustraré con una teoría económica que hábilmente he acuñado: la llamaremos Teoría del Despertar de la Consciencia Temporal en la Autopista (TDCTA). En ella describo el proceso mediante el cual el paro actúa sobre el valor del tiempo, pasando de X a (X menos X), que según me han dicho mis amigos economistas es igual a cero. La ecuación sigue así: si una hora de mi tiempo se devalúa hasta la nada, ya no necesito los elementos que anteriormente usaba para paliar el déficit temporal. O sea, que dejo de pagar peajes y me meto alegremente a hacer la cola de la N-340. Es espeso y no aclara nada, lo sé. Tercer lugar, el know-how. Miren, en internet se aprenden a hacer cosas increíbles que antes estaban reservadas al conocimiento chamánico de una minoría privilegiada. Y no me refiero a esferificar y a usar una roner. No, la revuelta alquímica casera resulta que es hacerse las hortalizas, el pan, la cerveza, el jabón, el queso, los embutidos y —muy importante— las drogas uno mismo. Estudios recientes señalan que juntando las habilidades productivas adquiridas por un grupo de amigos durante ésta crisis sostenible se puede superar un apocalipsis nuclear con armoniosa autarquía. Ya acabo: no tienes dinero, hay tiempo y sabes hacer cosas. Pues nada, que vas a ir a los restaurantes al postureo, para colgar fotos en Instagram y, con suerte, para aguantar compañeros de empresa en los ágapes navideños . Y, van a ver, pronto nos faltará hasta el humor para eso.