Zasqua Journal no. 4 | Page 7

El gorgojo es artrópodo que no pertenece a ninguna de las clases de insectos mencionadas anteriormente, al alimentarse de frutos naturales como granos de cultivos, es considerado una plaga. El Sitophilus Granarius, que se caracteriza por sobrevivir en casi cualquier ecosistema con su fuerte exoesqueleto, puede generar un desbalance biológico al destruir plantaciones enteras. Por suerte, existe la tercera clase de artrópodos, los biocontroladores. Estos se encargan de controlar la población de todos los otros artrópodos en el ecosistema y así evitar un desbalance como el que puede causar una sobrepoblación de gorgojos. Spiderman es un conocido superhéroe por luchar contra los villanos que azotan a su ciudad. Lo irónico es que la araña juega el mismo papel en el ecosistema, es una superheroína que devora a los villanos biológicos. La Araneus, conocida por sus ocho patas, es importante para mantener las cadenas alimenticias de un ecosistema. Usando una obra maestra biológica como lo son las telarañas geométricas, atrapan a sus presas para devorarlas más tarde. Igualmente, el Lithobiidae, conocido por nosotros como ciempiés, cumple el rol de biocontrolador en el ecosistema. Este artrópodo usa su potente veneno para inmovilizar a su presa. Acto seguido la tritura y se la consume. Los ciempiés son ágiles gracias a sus quince patas y dependiendo de su especie pueden llegar a alimentarse de reptiles y anfibios, escalando en la pirámide alimenticia. Es común usar la expresión ‘atacar la raíz de un problema’, pues las tijeretas ilustran perfectamente el significado de esta expresión. La tijereta de alimenta de los huevos de distintos artrópodos (incluyendo a las plagas). De esta manera, impiden que nazcan y disminuye la esperanza de vida de dicha especie. Además la Forficulidae recibe su apodo gracias a la terminación de su abdomen en forma de tijera. Estos tres biocontroladores tiene bastantes cosas en común y así mismo aspectos que crean contraste. Primero que todo, todos prefieren un clima húmedo y con plantas ya que ahí encontrarán a sus presas. También todos poseen un número considerable de patas que les dan movilidad y agilidad a la hora de cazar y básicamente, de moverse. Finalmente, la manera en que cumplen su rol es particular para cada especie. Desde comer los huevos de la especie a envenenar y triturar a su presa, pasando por atraparlos en telarañas, los biocontroladores, gracias a sus únicas adaptaciones, logran mantener un equilibrio poblacional indispensable para el ecosistema. Después de analizar las labores de los polinizadores, abonadores y biocontroladores en base a ejemplos encontrados en Zasqua se pueden llegar a distintas resoluciones. Lo primero a resaltar es la forma en que cada uno de estos artrópodos cumplen su función. ¡De forma desinteresada! Cada uno lo hace para satisfacer la necesidad básica de vivir con alimento y un entorno saludable. Los polinizadores polinizan al alimentarse de néctar, los abonadores descomponen los residuos que consumen y de esta manera abonan la tierra y los biocontroladores simplemente se alimentan de otros artrópodos y así limitan su población. También están adaptados de una manera que su morfología les permita realizar su labor de forma práctica y eficiente. Básicamente, el tipo 7