Los artrópodos
Alejandra González
Desprecio. Desagrado. Temor. Furia. Odio. Así
han visto a los artrópodos. Se juzgan con cruel-
dad y brutalidad. Se llega al punto de aniqui-
larlos, exterminarlos sin piedad. No se entiende
su razón de ser, su propósito. Se perciben como
extranjeros, invasores. No hay consciencia
acerca de su importancia para el bien de la so-
ciedad. Al pensar en ellos, las personas tienden
a guiarse por prejuicios sin fundamento, por
ideas preconcebidas sin lógica alguna. Nadie se
detiene a ver la verdadera belleza que alberga
la naturaleza, en cambio, se desprecia y se des-
truye. Esta es una historia que aún no ha sido
contada. Es una historia que nadie ha tenido el
interés de transmitir. Y la pregunta que ronda,
que aún no ha sido respondida es: ¿Cuál es la
verdad acerca de los artrópodos? Esta verdad
se debe descubrir antes de que sea demasiado
tarde. Antes de que triunfe finalmente el temor
y la furia, y los artrópodos sean exterminados.
El ser humano busca destruir a lo que le teme.
Este no debe ser el caso para los artrópodos. Su
importancia en la sociedad y los ecosistemas
es substancial.
Es más, diversos artrópodos se caracterizan por
tener ciertas funciones que generan un impac-
to positivo en nuestro biorrefugio Zasqua, y en
nuestra sociedad en su totalidad. Algunas de
estas incluyen la de biocontroladores y gene-
radores de materia orgánica. Se puede decir
que la sociedad estaría perdida sin ellos. En el
Colegio los Nogales, en el biorrefugio Zasqua,
los insectos prosperan. Han estado ahí en cada
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paso del crecimiento del biorrefugio como pe-
queño ecosistema, hogar de un gran número
de criaturas vivientes. Acá habitan lado a lado
aves, insectos, plantas. Viven juntos en perfecta
armonía, balance. Los humanos ponen en peli-
gro este equilibrio.
Una de las más importantes actividades ejecu-
tadas por los artrópodos es sin duda la polini-
zación. Se trata de una actividad ejecutada por
diversos artrópodos. De esta secuencia de even-
tos dependen muchas variedades de plantas y
flores. El propósito final de este proceso es que
la flor tenga lo que requiere para producir se-
millas, y como consecuencia, que haya frutos.
Sin embargo, se necesitan ciertas condiciones
para esto. Es necesario que las flores femeninas
reciban una substancia llamada polen de flores
masculinas. El polen es un polvo generado en
el estambre, o aparato de la flor. Para asegurar
que los insectos acaben tomando el polen de las
flores, estas generan un líquido dulce, llamado
néctar, del cual se alimentan los insectos. Des-
pués, los insectos absorben este polen, que, al
ser pegajoso, se adhiere a sus cuerpos. Después,
al adentrarse el insecto en una flor de género
femenino, deposita los granos de polen. Como
consecuencia, en el ovario, (órgano reproductor
de la flor), se puede llevar a cabo el proceso de
fertilización, que lleva a la creación de semillas,
que con el tiempo se convertirán en flores adul-
tas. A largo plazo, este proceso asegura la conti-
nuación de la vida vegetal. Se trata de un ciclo
que no termina. Se debe mencionar que dentro
de este gran grupo de polinizadores se encuen-
tran diversos artrópodos, entre los que se pue-
den nombrar a los abejorros (Bombus), las avis-
pas (Vespidae) y las mariposas (Lepidoptera). Sin