W&Wmagazine number 2 | Page 68

Los trasatlánticos británicos, siempre han dominado los mares, quizás por lo vasto del imperio de su graciosa majestad. Barcos como el Queen Mary, el Mauretania o el Lusitania. Siempre, los franceses han ido a remolque, a pesar de construir las mas refinadas naves. Menos en una ocasión. El Normandie, supuso la respuesta francesa, y un superlativo en todos los ámbitos con un reinado breve, pero legendario.

El Queen Mary dio mucho que hablar, y la “reina” fue alabada; pero el monarca naval de los años treinta nacía en territorio galo. Los franceses querían amenazar el poderío británico y lo consiguieron. Un mastodonte tan inmenso, que hasta muy entrados los 90 supuso, junto al Queen Elizabeth I, la estructura flotante más grande jamás construida. Un rey de glamour, y tan elegante como el refinamiento francés puede conseguir, para pasear con pomposidad, y cierta arrogancia bien entendida, la grandeur francesa sobre las aguas del Atlántico.

Los orígenes del Normandie se remontan a principios de los años 30, cuando Francia necesitaba buscar una nave digna para competir en una Europa, con un creciente chauvinismo. Competencia no solo con los británicos que trabajaban en el Queen Mary, sino con otros países como los Alemania que disponían de naves tan soberbias como el Bremen y el Europa. Se pretendía un barco novedoso, con lo que se contó con el ingeniero Vladimir Yourkevitch, que había trabajado para la Marina Imperial Rusa y había emigrado

a Francia. Su revolucionario diseño basculante, basado en los clippers, maravilló a la Compagnie Generale Transatlantique. En un principio, el ingeniero franco-ruso se había aproximado a Cunard, para diseñar el Queen Mary, pero era un diseño demasiado novedoso, para la clásica tradición británica.

NORMANDIE

Grandeur de Francia

68