Wild and Young September '14 | Page 76

R.W. Me disponía a escribir unas líneas sobre la dé- Patch Adams o Despertares, llegué a tener la sensa- cada de los ’90, esa época tan denostada por muchos, ción de que realmente conocía a esa persona que me tratando de reclamar el podio de oro que le corres- hacía reír o estremecerme de la emoción. Y recuerdo ponde en la historia de la cultura popular, intentan- ahora un pasaje de Watchmen, en el que el formida- do sacar a relucir las joyas olvidadas del cine y de la ble personaje de Rorschach nos cuenta este chiste: Un música que dieron esos años. Mientras pensaba en hombre va al médico. Le cuenta que está deprimido. cómo convenceros de que los ’90 no son la hermana Le dice que la vida le parece dura y cruel. Dice que drogadicta de los ’80, me enteré de la terrible noticia. se siente muy solo en este mundo lleno de amenazas Robin Williams había fallecido. El genio y el loco, el donde lo que nos espera es vago e incierto. El doctor famoso y el desconocido, el profesor y el aprendiz, el le responde “El tratamiento es sencillo. El gran payaso que nos había dado tantas horas de interpretaciones Pagliacci se encuentra esta noche en la ciudad. Vaya maravillosas, tanto divertidas como conmovedoras, el a verlo. Eso lo animará”. El hombre se echa a llorar. Y que a base de un metraje genial y asombroso se había dice “Pero, doctor... yo soy Pagliacci” llegado a convertir en uno de los héroes de mi infancia, se había ido de una manera espantosa. El eterno comediante que no sabía reír. El payaso triste bajo su máscara. La vida de Robin Williams fue, Jumanji, Jack, Flubber, La señora Doubtfire, para los espectadores, un continuo entretenimiento, El hombre bicentenario. No son filmes muy sesudos, pero su muerte ha sido una gran lección. Sólo espero pero son los que estaban ahí mientras la persona que que allá donde se encuentre, sea ahora él quien sonríe. soy hoy se desarrollaba y adquiría sus gustos. Y más adelante, empezando a ver cintas más adultas como El Hasta siempre, y gracias por todo. Descansa en paz, club de los poetas muertos, El indomable Will Hunting, pues pocos lo merecen más que tú. Escrito por Guillermo Chico www.wildandyoung.es