tra forma de ser, tanto le da un trozo de tierra u otro, porque no la
ve como hermana, sino como enemigo, cuando ya la ha hecho suya
la desprecia y sigue caminando, deja atrás la tumba de sus padres
sin importarle. Secuestra la vida a sus hijos y tampoco le importa.
Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos, son
olvidados. Trata a su madre la tierra, y a su hermano el firmamento
como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o
cuentas de colores. Su apetito devora la tierra, dejando detrás solo
un desierto.
No lo puedo entender, vuestras ciudades hieren los ojos del hombre
piel roja. Quizás sea porque somos salvajes y no podemos comprenderlo. No hay un sitio tranquilo en las ciudades del hombre blanco,
ningún lugar donde se pueda escuchar en la primavera el despliegue
de las hojas o el rumor de las alas de un insecto. Quizás es porque soy
un salvaje y no comprendo bien las cosas. El ruido de la ciudad es
un insulto para el oído, y yo me pregunto: ¿Que clase de vida tiene
el hombre que no es capaz de escuchar el grito solitario de la garza
o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la balsa? Soy un
piel roja y no lo puedo entender. Nosotros preferimos el suave susurro
del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese
mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con
aroma de pinos. Cuando el último piel roja haya desaparecido de la
tierra, cuando no sea más que un recuerdo su sombra, como el de una
nube que pasa por la pradera, entonces todavía estas riberas y estos
bosques estarán poblados por el espíritu de mi pueblo, porque nosotros amamos nuestro país como ama el niño los latidos del corazón
de su madre.
Si decidiese aceptar vuestra oferta, tendría que poneros una condición, que el hombre blanco considere a los animales de estas tierras
como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida.
Tengo vistos millares de búfalos pudriéndose abandonados en las
praderas, muertos a tiros por el hombre blanco. Soy un salvaje y no
comprendo como una maquina humeante puede importar más que
el búfalo al que nosotros matamos solo para sobrevivir. ¿Que puede
hacer el hombre sin los animales? Si todos los animales desapareciesen, el hombre moriría en una gran soledad, todo lo que pasa a los
animales muy pronto le sucederá también al hombre. Todas las cosas
están ligadas.
Debéis enseñar a vuestros hijos, lo que nosotros hemos enseñado a
los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurre a la
tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra, si los hombres escupen en el
vozes
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