VIVERS (clone) | Page 11

Ana, como cada día, después del colegio iba a clases de inglés. No es que tuviera un día a día muy divertido, pero ella no se aburría.

Ana quería conseguir hacer un disfraz de contenedor para Carnaval. Se le ocurrió hacerle un agujero al contenedor para ponérselo por la cabeza, pero cuando iba a abrirlo y sacar la basura…

-¡Ay! -la basura había cobrado vida y se oía decir al vidrio.

-¡Por favor, no nos lleves al mar! Llévanos al contenedor amarillo, y antes queremos que rescates a nuestras amigas las latas. ¿Te parece bien?

Ana le dijo que sí, pero como no sabia nadar y mucho menos bucear, le pidió a su madre que la apuntase a clases de natación.

Tras cinco semanas de clase Ana ya sabía nadar y bucear, así que le preguntó a su madre:

-¿Puedo ir a la playa?

-Claro -respondió la madre.

Al día siguiente, Ana y su madre ya estaban con el cubo y la pala en coche. Cuando llegaron a la playa se puso el traje de buceo y se tiró al mar. Luego se puso a buscar las latas, la verdad es que no le costó mucho, había latas por todas partes.

-Es increíble cuanta basura tira la gente al mar -se decía Ana.

Entonces cogió unas cuantas y las tiró al contenedor, lo hizo una y otra vez, cuando acabó ya era la hora de volver a casa. Estaba tan cansada que nada más llegar a casa se duchó y se tiro en la cama. Enseguida se quedó dormida y soñó que todo el mundo reciclaba y ella podía quedarse en su casa leyendo.

En ese mismo momento pasó una estrella fugaz y su sueño se hizo realidad. / Martina Rodríguez/

2º Primaria