Virgilio Piñera al borde de la ficción (La Habana: Editorial UH / Letras Cubanas, 2015) | Page 77

INTERVENCIONES PÚBLICAS 771
de todo escritor . Queda , sin embargo , el aspecto más profundo , la causa eficiente de nuestra inercia revolucionaria .
Se dice que somos escritores de torre de marfil . Aceptado . Pero las torres marfileñas no surgen de la nada ; al contrario , tienen sus raíces en la tierra . La nuestra , y la llamo de marfil por facilitar la exposición -en realidad es la torre del desamparo- , se hizo posible por una serie de factores : falta de tradición -la tan llevada y traída falta de tradición- ; frustración de la ciudadanía ( machadato , batistato , grausato , nuevo y más decepcionador batistato ); frustración de los escritores que nos precedieron ( si nos miramos en un espejo empañado no acertaremos a vernos la cara ); falta de protección tanto oficial como de iniciativa privada ; ausencia de público que nos leyera ; de críticos que nos enjuiciaran ; de editores que se encargaran de publicar nuestras obras ( hacia 1939 el español Losada tuvo el propósito de abrir su casa editorial en La Habana . Para ello solicitó del gobierno cubano una exención de impuestos por diez años . A nuestro gobierno , que padecía , más que de miopía cultural , de ceguera absoluta , le pareció exorbitante tal pretensión . Resultado : la editorial Losada está en Buenos Aires y son los argentinos los beneficiados ); chatura de la vida nacional ; política en función de latrocinio , de esquilmación del pueblo y hasta crimen ; dictadura del profesor y del periodista en la vida cultural , llamémosla así , del país ; tentación de ingresar en esas filas , con los siguientes resultados : dejación de su condición de escritor si se decidió a dar tal paso , o amurallamiento en la torre de marfil , es decir vida literaria precaria , vida vegetativa por cuanto su esfera de influencia terminaría precisamente en las cuatro paredes de dicha torre . Por otra parte , no anatematizo ni a profesores ni a periodistas . El uno y el otro son útiles al fenómeno cultural en cualquier país ; más bien quiero significar que para el escritor cubano , en el caso de pretender ensanchar dicha esfera de influencia , tendría fatalmente que ubicarse en el periodismo o en el profesorado .
Tenemos numerosos ejemplos de ello ; sabemos que tal o más cual escritor , de tal o más cual generación , ha hecho popular su nombre , no por ser estrictamente un escritor , más por el hecho de sus artículos en el periódico o por su cátedra en la Universidad . Para no hablar de los que se hicieron políticos , lo cual en Cuba hasta el triunfo de la Revolución significaba situarse en las antípodas de toda cultura . De una forma u otra , y limitando el fenómeno a la peculiar posición del escritor cubano , tenemos una verdad axiomática : hasta el momento presente somos prácticamente desconocidos y algo todavía de mayor importancia : somos inoperantes . Cualquier milagro , cualquier cambio de frente podrá producirse de hoy en adelante , pero hasta el momento