Virgilio Piñera al borde de la ficción (La Habana: Editorial UH / Letras Cubanas, 2015) | Page 67
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un autre3 que decía Rimbaud. Ya no soy más el que avanza enmascarado
(larvatus prodeo, según el decir de Descartes), sino el que avanza a cara
descubierta; sé lo que soy y soy otro que es yo mismo, pero desenmascarado, es decir, justificado existencialmente. Y contrariamente, nuestro
cuerpo de sangre y huesos, enmascarado y pasivo, hace de modo que,
funcionando teatralmente, esa pasividad se torne actividad.
En la presente pieza que ustedes van a escuchar inmediatamente4
se plantea esta cuestión. Un hombre empeñado en encontrarse consigo mismo mediante la fusión de su cuerpo de carne y huesos con su
cuerpo-teatro; un hombre, sujeto pasivo de sus actos, empeñado en
devenir sujeto activo de esos mismos actos. Desempeñar un papel
en la vida equivale a jugar. En algunas lenguas, la palabra actuar, en su
localización teatral, equivale a jugar. Así en francés, jouer, en inglés,
to play. Por ello este hombre de nuestra pieza inventa un juego (ya
veremos qué juego). El juega, il joue, he plays. ¿Y a qué? Pues a ser otro
a través de sí mismo; en una palabra, a realizarse como ser humano.
En relación con esto, y finalmente, y consecuentemente, el teatro
como tradicionalmente se ha asumido hasta ahora es algo limitado.
Ahora se trata de que ya no vamos más al teatro para seguirnos
enmascarando, sino que somos nosotros mismos teatro, es decir, ese
segundo cuerpo que nos habita, y que yo, no teniendo una expresión
más adecuada o técnica, llamo cuerpo-teatro. Y cuando el hombre de
hoy va al teatro, es decir, va a un teatro, él es uno más entre personasteatro; no es un mero espectador, un sujeto pasivo; él, también, está en
el juego y allí se juega y él juega su propia existencia. Solo así el teatro
cobra su profundo y único sentido: saber quiénes somos y qué somos.
Manuel Galich: El pescado indigesto*5
Como hombre de izquierda y como hombre de teatro Manuel Galich
ha sacado un buen partido de uno de los mil episodios escandalosos
que tenían lugar o que pudieran haberse producido en la Roma de
*
3
4
5
Conjunto, n.° 63, La Habana, enero-marzo, 1985, pp. 47-48.
La frase original de Rimbaud es «Je est un autre». Piñera está cambiando la proposición «Yo es otro» por «Yo soy otro». Sería una torpeza discutir aquí si se trata
de un desliz o de un cambio premeditado, pero en cualquier caso lo anotamos
por considerarlo una variación de sentido reveladora.
Este texto fue concebido originalmente para servir de introducción de la pieza
El trac [nota del original].
Durante el I Festival de Teatro Latinoamericano se efectuó el estreno de El
pescado indigesto, pieza con la cual Galich había obtenido el Premio Casa de las
Américas 1961 en el género de dramaturgia. A continuación reproducimos
las notas al programa que el destacado escritor y dramaturgo cubano Virgilio
Piñera preparó para esa ocasión [nota del original].