Virgilio Piñera al borde de la ficción (La Habana: Editorial UH / Letras Cubanas, 2015) | Page 55

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Sin duda hay un poco de todo esto en Ubú . La noche del estreno diferentes capas de la sociedad francesa se vieron retratadas en Ubú : el burgués , la casta militar , los políticos , los reyes ... De ahí el escándalo con que fuera acogida su puesta en escena . Pero no hay que exagerar en cuanto al mensaje úbico . Jarry puso las cosas en claro al referirse al espíritu de su genial creación en un pasaje de sus « Paralipómenos de Ubú ». Dice así : « Ubú no es exactamente el señor Thiers , ni el burgués , ni el fariseo ; sería más bien el anarquista perfecto : que es un hombre , de donde : cobardía , falsedad , etcétera . De las tres almas que distingue Platón : de la cabeza , del corazón y de la panza , solo esta última no es en él embrionaria ». 7
Para mayor ahondamiento , en el programa confeccionado para la noche del estreno , Jarry declaraba :
Como el señor Ubú es un ser innoble , se asemeja ( por lo bajo ) a todos nosotros . Asesina al rey de Polonia ( derroca al tirano -el asesinato parece justo a la gente , pues es un aparente acto de justicia- ); luego , ya rey , mata a los nobles , luego a los funcionarios , luego a los campesinos . Y así , habiendo matado a todo el mundo , ha expurgado con seguridad a algunos culpables y se manifiesta como hombre moral y normal . Por fin , semejante a un anarquista , ejecuta él mismo sus decretos , destroza a la gente porque así le place y ruega a los soldados rusos que no tiren contra él , porque eso no le gusta . Es un poco niño terrible y nada lo contraría tanto como no herir al Zar , que es lo que todos respetamos . El Zar hace justicia : le quita el trono del que ha abusado , restablece a Bugrelao (¿ valía la pena ?) y expulsa a Ubú de Polonia . 8
La gente se solivianta ante declaraciones tan corrosivas y , por una reacción muy natural , corren a refugiarse en sus bellos sentimientos , que no tienen . Es muy comprensible que cuando vemos al lobo feroz dispuesto a devorar a la infeliz Caperucita nos sintamos a nuestra vez muy desamparados y compadezcamos a la pobre niña . Ahora bien , nunca nos detendremos a pensar que también somos un poco ese lobo feroz , y nos sentiríamos desagradablemente sorprendidos si alguien nos demuestra que , además de nuestros brazos y de nuestros dientes , también poseemos pezuñas y afilados colmillos .
Tal cosa ocurrió con esos « buenos burgueses de París », que se sentaron plácidamente en sus butacas la noche del 9 de diciembre de
7
Cfr . Alfred Jarry : « Las paralipoménes d ' Ubu », ob . cit .
8
« Ubu Roi . Un " argument " inédit d ' Alfred Jarry », Comosdia ,
Paris , n .° 187 , 4
avril , 1908 , [ p . 1 ].