Virgilio Piñera al borde de la ficción (La Habana: Editorial UH / Letras Cubanas, 2015) | Page 22

En torno a Sabor eterno de Ballagas*1 Ahora, y con toda esencialidad, es necesario que hablemos de Ballagas. La muy reciente aparición de su libro así lo determina. Cabe imaginar se nos pregunta: «—¿Qué ofrece Sabor eterno?». Y cabe, consecuentemente, contestar: «—Pues ni más ni menos que sabor eterno...». Si respondida la pregunta de esta guisa podremos, estableciendo variaciones sobre el mismo tema, decir que tal título denuncia aspiración de universalidad; reducción del tiempo temporal, contable a tiempo absoluto, incontable. Pero ya todos en esta Isla, cual más cual menos, sabemos del juego que tiene su centro en una insoportable función de meras palabras y, aunque por definición y un tanto en confusionismo, aprendimos aquello de que un poeta es ser en permanencia total, personaje de allendidad o mágico prodigioso. De ahí que todos, en ausencia de examen previo, asumamos actitud de conformidad para ese título que confirma nuestra aprendida retórica verbal definidora y que, para armonía de la colectividad este Sabor eterno no promueva batallas campales y hasta logre ¡qué pacifismo! pasar como quien dice por debajo de la puerta... Sin embargo, en la Isla, en el Continente existe siempre un locus minoris resistentiae que se opone desde su pequeña fortaleza al estatismo, a la indiferencia, a la ignorancia. Es por dicha razón que arriba pusimos «necesidad y esencialidad» referidas a Ballagas; claro está, distinto «necesario y esencial» del concepto cotidiano que solo los hace contingentes a la política o los mercados. * 1 Acción, época II, año I, La Habana, 19 de diciembre, 1939, p. 12. Cfr. Emilio Ballagas: Sabor eterno, Ediciones Héroe, La Habana, 1939, 71 pp.