90 Vida Médica
en memoria
Dr. Mariano
Requena Bichet
Ha fallecido el 2 de Septiembre pasado
el Dr. Mariano Requena. Ha muerto un
gran salubrista.
Estudió en el Liceo Manuel de Salas
donde ya manifestaba su interés por los
problemas sociales. Ingresó a la Escuela
de Medicina de la U. de Chile, donde
se título en 1956. Siendo estudiante,
comienza su labor médica en el
Consultorio Andes, Quinta Normal.
Decidió dedicarse a la salud pública
para buscar solución a las grandes
falencias. En 1959 hizo un Postgrado
en la Universidad de Harvard y volvió a
trabajar en diversos organismos como
la CEPAL, la Universidad de Chile y la
Escuela de Salud Publica. Apoyó el
programa de la Unidad Popular y al
Presidente Allende desde su trabajo
en Salud. Ningún tema le fue ajeno,
pero dio énfasis al programa materno
infantil, preocupado de la entrega de
leche para todos los niños, del tema
del aborto que cobraba tantas vidas de
jóvenes mujeres, entre muchos otros
temas que estudió y a los que dio
solución.
Cuando era estudiante conoció a la
Dra. Beatriz Gilabert con quien formó
su familia, siendo estudiantes nació su
primera hija y completaron la familia
con dos hijas más y un hijo. Una de
ellas es médico. Tienen siete nietos y
un bisnieto.
Militante del Partido Comunista,
intentando desde ahí construir un
país más justo y solidario, sobre todo
con equidad en salud. En Septiembre
de 1973 era Subdirector del Servicio
Nacional de Salud.
Después del Golpe Militar, fue detenido en el Hospital Barros Luco, donde
el 11 de Septiembre estaba con trabajadores y directivos del Ministerio
de Salud. Después de días desaparecido, apareció detenido en el Estadio
Nacional y fue trasladado junto a 736
detenidos más a Chacabuco, salitrera abandonada en el desierto, donde
organizó a los presos y fue el primer
presidente del Consejo de Ancianos,
haciendo contacto con los militares.
A principios de 1974, ante la visita de
un organismo internacional, es llevado
con 25 médicos más a Santiago a una
cárcel para médicos en calle Agustinas.
Estuvieron incomunicados un mes y
varios meses presos; después de ser
liberado optó por quedarse en el país.
Como sus hijos y otros alumnos fueron
expulsados de su colegio, el Liceo
Manuel de Salas, ayudó a reorganizar
el Colegio Francisco de Miranda que
fue una alternativa segura para los
hijos de personas reprimidas por la
Dictadura. Fue el primer Presidente
del Centro de Padres y dejó un nuevo
proyecto educativo con las bases para
el crecimiento de este colegio.
Exonerado
como
su
esposa,
bacterióloga, comenzaron un trabajo particular, el Laboratorio Clínico
Gilabert. Siguió preocupado de transmitir sus conocimientos en Salud
Pública creando el CESPO, realizando
consultorías, charlas y clases, reorganizando la Sociedad de Salud Pública.
Organizó además servicios de salud
como CIS y OSIS, donde pudieran
trabajar médicos y personal de salud
exonerados o jóvenes que no fueran
admitidos para trabajar en el sistema
público por razones políticas; se atendían ahí también a personas reprimidas o sin posibilidades de atenderse
en el sistema.
En 1994 fue parte del Comité Técnico
Asesor del Consejo Nacional para la
Superación de la Pobreza, concejal
en Santiago y Director de Salud de
la comuna. De 1996 a 1998 fue
del Comité editor de los Cuadernos
Médico Sociales.
Sus últimas ideas las plasmó en
diversos artículos que giraban en
torno a la propuesta de una gran
reforma de la salud en Chile que diera
equidad, dignidad y salud a todos.
Vivió sus últimos años rodeado
del cariño de su familia, amigos
y compañeros. Sus discípulos
lo
recordaremos siempre con admiración
y agradecimiento por su aporte a
la Salud Pública en nuestro país,
sintiendo que este aporte como el de
muchos otros salubristas destacados
se haya visto truncado por razones
políticas, impidiendo un mejor
desarrollo de la Salud Pública en Chile.
Dra. Rubí Maldonado Parada