86 Vida Médica
decir políticos, cuyo lucro se llama
votos, y para alcanzarlo, muchos
de ellos tampoco tienen mucho
miramiento a las formas y valores.
Cuando no son alcaldes, son jefes
puestos por la autoridad política
de turno, es decir su preocupación
primaria no es el interés común (El
sistema de Alta Dirección Pública
fue basureado por la clase política). Y
cuando son simples “jefes” del Chile
actual, la masa crítica de ellos, tiene
como principal preocupación usar
sus privilegios de jefe, a su vez, sus
subalternos tienen como principal
preocupación tener al jefe contento
(no olvidemos que el jefe los califica).
Con relación a los pacientes o
usuarios de los servicios profesionales
de los médicos cirujanos. Hoy en día
son personas muy conscientes de
ser sujetos de derechos, que van
desde el derecho a la salud hasta
el derecho a ser tratados en forma
digna, respetuosa y oportuna. El
problema es que como buenos
chilenos del Chile actual, tienen
menos conciencia de sus deberes. Lo
anterior se refleja en muchas formas,
pero una de ellas es que la relación
médico – paciente evoluciona cada
días más a una relación médico –
cliente, y con un cliente empoderado,
lo que obviamente es bueno, pero en
muchos casos este poder se usa mal.
Con relación al equipo de salud: la
verdad es que en términos generales este equipo ha funcionado muy
poco a lo largo de la historia sanitaria
chilena. No obstante lo anterior, es
mi impresión que también el trabajo
en equipo se ha deteriorado. Cada
miembro del equipo se siente con un
nivel de autonomía que le permitiría
actuar solo en muchísimos casos, si
no fuera porque las leyes no se lo
permiten. Entonces, con frecuencia el
equipo no es tal, porque cada miembro del mismo siente que los demás
están de más.
Finalmente los cambios experimentados por los médicos cirujanos, que
vienen desde su origen, formación y
campo laboral, todo ello inserto en
este nuevo Chile neoliberal. Son médicos que desean una buena calidad
de vida y aspiran al éxito (ya definido),
para lo cual necesitan tener ingresos
económicos suficientes. Para alcanzar
lo anterior es fundamental acceder a
niveles crecientes de especialización
profesional, lo que supone muchos
años de estudios, la mayoría de las
veces auto financiados. En consecuencia la etapa productiva empieza
tarde (Normalmente después de los
30 años de edad) y con un alto nivel
de endeudamiento. Sienten que no le
deben nada a nadie, que alcanzar los
títulos de especialistas les costó sangre, sudor y lágrimas y que los dejó
endeudados. Se auto perciben con
todo el derecho del mundo a exigir
retribuciones económicas proporcionales al esfuerzo y tiempo dedicado,
lo que en el contexto actual significa
realizar muchas acciones médicas,
lo que amenaza su calidad de vida…
y también la calidad de sus prestaciones. Lo anterior, agravado por el
contexto de práctica profesional médica judicializada y de relación médico
– cliente, los hace pedir numerosos
exámenes de respaldo a sus acciones profesionales y probablemente
evitar involucramientos mayores con
sus pacientes. Es decir concentran su
actividad en la enfermedad más que
en el enfermo, lo que cierra un círculo
vicioso de deterioro en la imagen con
que los pacientes y la sociedad los ve.
Muchos pacientes “añosos” me han
manifestado su desazón ante el
hecho que los médicos actuales no
miran, escuchan ni explican cómo los
“médicos de antes”.
Para terminar, estimo que si las instancias correspondientes confirman
mi percepción que la sociedad chilena
ve con desconfianza técnica (medicucho) y moral (diostor) a los médicos,
significaría que nuestra sociedad no
tiene a quien recurrir ante una enfermedad… y esa es una sociedad enferma, por lo que deberíamos actuar
en todos los frentes identificados,
para devolver a la relación médico –
paciente – sociedad, un carácter de
confianza y respeto recíprocos.
Dr. Alberto Estévez
Médico Colegiado
ICM: 8453-0