Vida Médica Volumen 68 Nº3 - 2016 | Page 86

86 Vida Médica decir políticos, cuyo lucro se llama votos, y para alcanzarlo, muchos de ellos tampoco tienen mucho miramiento a las formas y valores. Cuando no son alcaldes, son jefes puestos por la autoridad política de turno, es decir su preocupación primaria no es el interés común (El sistema de Alta Dirección Pública fue basureado por la clase política). Y cuando son simples “jefes” del Chile actual, la masa crítica de ellos, tiene como principal preocupación usar sus privilegios de jefe, a su vez, sus subalternos tienen como principal preocupación tener al jefe contento (no olvidemos que el jefe los califica). Con relación a los pacientes o usuarios de los servicios profesionales de los médicos cirujanos. Hoy en día son personas muy conscientes de ser sujetos de derechos, que van desde el derecho a la salud hasta el derecho a ser tratados en forma digna, respetuosa y oportuna. El problema es que como buenos chilenos del Chile actual, tienen menos conciencia de sus deberes. Lo anterior se refleja en muchas formas, pero una de ellas es que la relación médico – paciente evoluciona cada días más a una relación médico – cliente, y con un cliente empoderado, lo que obviamente es bueno, pero en muchos casos este poder se usa mal. Con relación al equipo de salud: la verdad es que en términos generales este equipo ha funcionado muy poco a lo largo de la historia sanitaria chilena. No obstante lo anterior, es mi impresión que también el trabajo en equipo se ha deteriorado. Cada miembro del equipo se siente con un nivel de autonomía que le permitiría actuar solo en muchísimos casos, si no fuera porque las leyes no se lo permiten. Entonces, con frecuencia el equipo no es tal, porque cada miembro del mismo siente que los demás están de más. Finalmente los cambios experimentados por los médicos cirujanos, que vienen desde su origen, formación y campo laboral, todo ello inserto en este nuevo Chile neoliberal. Son médicos que desean una buena calidad de vida y aspiran al éxito (ya definido), para lo cual necesitan tener ingresos económicos suficientes. Para alcanzar lo anterior es fundamental acceder a niveles crecientes de especialización profesional, lo que supone muchos años de estudios, la mayoría de las veces auto financiados. En consecuencia la etapa productiva empieza tarde (Normalmente después de los 30 años de edad) y con un alto nivel de endeudamiento. Sienten que no le deben nada a nadie, que alcanzar los títulos de especialistas les costó sangre, sudor y lágrimas y que los dejó endeudados. Se auto perciben con todo el derecho del mundo a exigir retribuciones económicas proporcionales al esfuerzo y tiempo dedicado, lo que en el contexto actual significa realizar muchas acciones médicas, lo que amenaza su calidad de vida… y también la calidad de sus prestaciones. Lo anterior, agravado por el contexto de práctica profesional médica judicializada y de relación médico – cliente, los hace pedir numerosos exámenes de respaldo a sus acciones profesionales y probablemente evitar involucramientos mayores con sus pacientes. Es decir concentran su actividad en la enfermedad más que en el enfermo, lo que cierra un círculo vicioso de deterioro en la imagen con que los pacientes y la sociedad los ve. Muchos pacientes “añosos” me han manifestado su desazón ante el hecho que los médicos actuales no miran, escuchan ni explican cómo los “médicos de antes”. Para terminar, estimo que si las instancias correspondientes confirman mi percepción que la sociedad chilena ve con desconfianza técnica (medicucho) y moral (diostor) a los médicos, significaría que nuestra sociedad no tiene a quien recurrir ante una enfermedad… y esa es una sociedad enferma, por lo que deberíamos actuar en todos los frentes identificados, para devolver a la relación médico – paciente – sociedad, un carácter de confianza y respeto recíprocos. Dr. Alberto Estévez Médico Colegiado ICM: 8453-0