Veridis Music Febrero 2013 Febrero 2013 | Page 34

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La nueva década le trae personas importantísimas en su vida personal y artística y la comedia-farsa deja de ser un monólogo: Mary Angela Burnett (Angie), su primera esposa, madre de su primer hijo y escultora de su nueva imagen intelectual. Iggy Pop, el cantante del grupo de Detroit The Stooges, que hará que muera como cantante folk y que conciba sus espectáculos en base a la sexualidad y la teatralidad. Ken Scott, su nuevo productor, que es para Bowie lo que George Martin fue para los Beatles. Y Mick Ronson. Dios bendiga a Mick. Ronno, así le llamaban sus amigos, excelente guitarrista, pianista y arreglista. En un mismo año, 1971, edita dos discos: The man who sold the world y Hunky Dory.

El trabajo de Ronno, Scott y Richard Wakeman, pianista del grupo Yes, en Hunky Dory dan alas a su interpretación vocal, que vuela libremente por todos los registros imaginables en la música pop. Bowie encuentra su voz y la banda se va consolidando. Lo ha conseguido: ya es el líder de un grupo de rock, pero a ese grupo le falta un nombre…

La banda, con una imagen increíble, está formada por Trevor Bolder al bajo, que lleva unas patillas indescriptibles; Mick Woodmansey a la bateria, que parece Andy Warhol; Mick Ronson, que es el cerebro musical y nuevo héroe de la guitarra , de rubio platino; y, con el pelo teñido de naranja (mucho

más corto que en las portadas

de sus dos anteriores discos, que vestido de mujer pretendía parecer una torturada escritora de la época victoriana), maquillado como una prostituta y con unas botas rojas que le llegan hasta las rodillas: Ziggy Stardust. The Spiders no tiene nada que envidiar a las mejores bandas de los setenta, como los Stones o Led Zeppelin.

En 1971 aparece Electric warrior, de T. Rex, donde se mezclan canciones sencillas de rock con suntuosos arreglos de cuerda y son presentadas por un Bolan andrógino y lleno de maquillaje. Esto es la definición de glam. Un año más tarde, Bowie, utilizando los mismos ingredientes, le supera con el disco The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars. La crítica le pone todos los laureles. Igual que Picasso, que no inventó ningún movimiento pictórico pero se convertía en el mejor cuando entraba en uno de ellos. Fue el mismo Picasso quien dijo: “Los buenos artistas copian, los grandes artistas roban”. Las grandes canciones que contiene y su excelente interpretación hacen que este disco convierta a Bowie en super-estrella.