Verdad y Vida Julio-Septiembre 2017 | Page 13

recibir todos sus beneficios conlleva el abandono de todo aquello que poda- mos valorar más que él y su reino. Eso incluye abandonar la búsqueda de ri- queza material. El joven rico no siguió a Jesús porque no pudo renunciar a dejar atrás sus bienes. En consecuencia fue incapaz de recibir las bendiciones que Jesús le ofrecía. A la mujer sorprendida en adulterio Jesús le dijo que tenía que caminar en un camino de vida diferente. Después de recibir el perdón gratuito e incondi- cional de Jesucristo, este le dijo: “Vete y no peques más” (Juan 8:11) . El hombre paralítico en el estanque de Betesda tuvo que estar dispuesto a abandonar su turno de espera en el es- tanque, así como su propia persona en- ferma: “Había allí, junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodeado de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es Betzatá. En esos pórticos se halla- ban tendidos muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. De cuando en cuan- do un ángel del Señor bajaba al estan- que y agitaba el agua. El primero que entraba en el estanque después de ca- da agitación del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviera. Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya llevaba mucho tiempo en esa condición, le pre- guntó: --¿Quieres quedar sano?-- Señor –respondió--, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua, y cuando trato de hacerlo, otro se mete antes. --Levántate, recoge tu cami- lla y anda --le contestó Jesús. Al instan- te aquel hombre quedó sano, así que www.comuniondelagracia.es tomó su camilla y echó a andar” (Juan 5:2-9) . Jesús acepta y acoge a todas las personas, pero cuando lo aceptan y re- ciben en sus vidas él no las deja donde las encontró. No nos amaría si simple- mente nos dejara en la condición en la que nos encontró cuando nos llamó. Nos ama demasiado como para dejar- nos a nuestra suerte. No, su amor es sanador, transformador, es un amor que cambia la vida. El Nuevo Testamento declara con- sistentemente que la respuesta a su ofrecimiento gratuito de sí mismo por nosotros, conlleva negarnos, morir, a nosotros mismos, vaciarnos de lo que somos para que Dios nos llene de él. Imagínate que alguien te regalara un vi- no de una cosecha excelente, que tiene en un tonel de una reserva especial, y tú tuvieses solo una botella llena de un vino peleón. La única opción que ten- drías para llenar tu botella de ese vino extraordinario, que tu amigo que ofrece gratuitamente, sería estar dispuesto a vaciarla de su pobre contenido. Y es cu- rioso, incluso si tu botella estuviese va- cía, esa realidad sería solo aparente, y para llenarla se tendría que vaciar del aire que contiene. Lo que cuesta seguir a Cristo incluye dar muerte a nuestro orgullo, a nuestra confianza en nosotros mismos, a nues- tra religiosidad, a nuestra supuesta au- tosuficiencia e independencia. Sorpren- dentemente Jesús declara que para se- guirle debemos de amar menos a nues- tro padre, a nuestra madre e incluso a nuestra propia vida que a él: “Si alguno de vosotros quiere ser mi discípulo, ten- drá que amarme más que a su padre o Verdad y Vida Julio - Septiembre 2017 13