VIVIANA JULIET GIRALDO BONILLA
H
abía una vez un niño que paseaba por el bosque, de pronto se encontró
un árbol con un cartel, y el cartel decía:
“ ¡Soy un árbol encantado! “, sí dices las palabras mágicas te concederé 3
deseos.
El niño trato de descifrar el hechizo, dijo; -¡ Abracadabra, pata de cabra!- , trato de
decir muchas más palabras pero no lo logro, ¡se rindió!, entonces dijo:
-¡por favor arbolito!-, en ese momento se abrió una gran puerta dentro del árbol,
estaba oscuro, solo había un cartel iluminado que decía:
-¡has descubierto las palabras mágicas!-, después el niño pidió el deseo y dijo:
-¡deseo muchos juguetes!-, El niño se la pasó jugando, pidió una casa al lado del
árbol, y el tercer deseo que nunca se le acabaran los deseos, pero el árbol le dijo:
-¡no puedo concederte ese deseo!, porque otros niños también necesitan que yo
les conceda deseos -, entonces, el niño dijo:
-bueno, entonces deseo que siempre seamos amigos-.
Pasó el tiempo y el niño ya no era un niño, él era viejo, entonces él le dijo al árbol: -
¡Por favor con sédeme el último deseo!-, el árbol le dijo: ¡bueno!,
Y el viejito le dijo:
-quiero que todo lo mío se lo den a un niño pobre, para que él viva feliz como lo
viví Yo-.
FIN.
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