SARA LUCIA SÁNCHEZ LUNA
H
abía una vez una semillita que quería ser plantada y así cumplir con su
labor de dar oxígeno a las personas, pero lo que la semillita no sabía era
que las personas no necesitaban y no sabían cuidar la naturaleza.
Sin embargo, había un niño que quería volver a ver un árbol real y bien cuidado, su
nombre era “Ted”, él había hablado con sus padres sobre su interés por sus
árboles, pero ninguno le prestaba atención; su abuela Marta paso su niñez cuando
estaban los árboles y decidió apoyar a su nieto en su propósito de salvar a los
árboles.
Ella le había hablado de un sótano abandonado fuera de la ciudad, y allí se
encontraban demasiadas bolsas de semillas y quería traer una a la casa.
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