JOSE THOMAS HIGUERA ARANGO
E
rase una vez un árbol llamado Esternocleidomastoideo que fue sembrado en
el colegio Veintiún Ángeles, todos los árboles de aquel lugar fueron
haciendo amigos, pero Esternocleidomastoideo no conseguía amigos, él se
fue poniendo muy triste con el paso del tiempo; en aquel lugar había otro árbol
que tampoco conseguía amigos, entonces ellos se conocieron y se hicieron muy
buenos amigos, pero los arboles los molestaban mucho. Un día vieron que los
otros árboles se estaban marchitando, ya que estaban sembrados en un lugar
donde daba mucho el sol, por el contrario Esternocleidomastoideo y su amigo
estaban sembrados en un lugar donde hacía el clima cálido y sus dueños los
cuidaban mucho, mientras que los otros árboles estaba descuidados; por esta
razón los demás arboles estaban desesperados, Esternocleidomastoideo y su amigo
los trataban de ayudar de todas las maneras posibles, ya que ellos no dependían
mucho de los humanos.
Los otros árboles hacían lo posible por comunicarse pero era inútil, movían muy
fuerte sus hoja pero nada funcionaba; a Esternocleidomastoideo y a su amigo les
preocupaba mucho la situación de los demás árboles, entonces, él le pidió ayuda a
los árboles de la huerta, y ellos le dijeron que le pidieran ayuda al viento, este les
dijo que soplaría tan duro que los humanos se percatarían de los árboles, y de esta
manera empezarían su plan para que los árboles volvieran a la normalidad.
Sus hojas, flores volvieron a florecer, los árboles agradecidos le pidieron disculpas a
Esternocleidomastoideo y todo los árboles florecieron felices.
FIN.
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