Vecindad # 7

Un silencio atlántico Mi padre cruzó un continente, se convirtió en indio posmoderno al entrar por la aduana del nuevo mundo, surcó presto su orientación dañada y perdida la esperanza tomó trenes, autobuses para otras tierras, aviones erradicados por la peste y no era él hoy mi padre yace en cama bajo el agobio de las horas extra, trajo un lastre de quinientos quince años con el cual descansar los pies y las manos y no sean él yace mi padre en un techo de casa blanca con su cuerpo moreno asfixiado por la historia, con su cuerpo tallado por la vista de los volcanes y un indómito yacimiento de leyendas donde se escribe la historia de mi viejo, sobre una ladera marina y tintas de piedra ha salido esta tarde y se ha tirado al río con el fardo absurdo de todo lo recorrido, ha ahogado a los peces contándoles la historia de un hombre y una mujer que se amaban como tierra blanca y fértil que todo otorga, como yelmos recios de victoria y conquista ha devorado al unísono dos continentes y se ha convertido en tierra submarina; salió por la tarde un indio posmoderno y la noche recibió todas las almas, todos los llantos y no era él salió por la noche un llanto de ultramar, por la mañana sale la tierra en su búsqueda, conmocionada por la espera que mueve valles, que tumba ciudades, que engendra mitos, y lo que se escucha entre las ruinas es el mismo llanto que pierde a sus vástagos en las más cruentas guerras virtuales un padre indio que duerme en casa blanca con su corazón rebozando tierra, rebasando a las aves, resplandeciendo de nada absoluta nada. Iván Vergara