UTCJ THEOREMA Revista científica PDF THEOREMA 5 OK | Page 59
Tabla 1. Edulcorantes sustitutos de azúcar más utilizados en la
industria de los alimentos.
Muchos fueron creados de forma accidental y sin la menor intención
de querer generar un producto nutritivo o que diera ventaja alimenticia
a los seres humanos. Algunos ni siquiera fueron creados en laboratorios
de alimentos. Sus estructuras y fórmulas no permiten ser metabolizados
por el organismo y aunque algunos autores declaren que son inocuos por
el solo hecho de ser desechados casi totalmente por el organismo, no
se están considerando los mecanismos de que hace uso el cuerpo para
deshacerse de tales compuestos. Como ejemplo, tenemos la forma en
que el cuerpo metaboliza el alcohol, no existe mecanismo especifico en
el organismo para metabolizar alcohol; sin embargo, éste entra al ciclo
de Krebs y como resultado genera compuestos tóxicos responsables de
las famosas resacas. La mayoría de los edulcorantes son compuestos que
de ninguna otra forma comiendo frutas, semillas y carnes y derivados
podríamos acceder. Como ejemplo tenemos la sacarina, que es resultado
de la síntesis química del tolueno, un hidrocarburo que se utiliza para
elaborar poliuretano, medicamentos, perfumes TNT y detergentes.
Pero con tantas opciones y la tendencia de su uso en alimentos,
¿son mejor opción para productos de valor agregado?, es decir, ¿su
presencia ofrece valor agregado a los productos que los contienen?
Este punto vale la pena ser analizado detenidamente. Además de la
información referente a su aporte calórico, valdría la pena mencionar que
estos productos, por ser moléculas muy diversas y variadas, representan
riesgos potenciales múltiples, entre los que se encuentran: interferen-
cia en la absorción, metabolismo o excreción de nutrientes o cualquier
metabolito intermedio, reacción alérgica, acumulación en los tejidos,
efectos sobre la flora intestinal normal, alteración de la regulación de
la glucosa en sangre, o la interacción con otros fármacos o drogas (Gar-
cía-Almeida, 2013). Muchos de estos compuestos, que no estarían en
el organismo por consumo de ningún producto natural conocido, fueron
creados en laboratorios o extraídos de minas y/o modificados.
Existe la hipótesis de que la ingesta de edulcorantes artificiales junto
con comidas o bebidas conteniendo azúcares, podría permitir una absor-
ción más rápida de azúcares, con el incremento de la secreción de GLP-
1 e insulina, afectando peso, apetito y la glucemia (Brown, De Banate
Rother, 2010) .
En productos tecnificados, al sustituir la sacarosa se tienen que agregar
otros compuestos, para darle funcionalidad y condiciones tecnológicas al
producto, que al final resultan en un productos con más calorías que la
versión azucarada que reemplaza. Estudios demuestran que la disociación
del dulzor con el aporte calórico bajo, condiciona el incremento de apeti-
to, originando mayor consumo energético y ganancia de peso (Swithers,
Martin y Davidson 2008 ). Esto no representa ventaja de su uso; por otra
parte, el origen “natural” de los edulcorantes también es motivo de confu-
sión entre los consumidores, ya que los hace creer que natural es sinónimo
de inocuo, cuando esto es falso. El veneno de la cobra es natural y mata y
no olvidemos que la toxina más potente del planeta, es la toxina botulínica
y que es producida por bacterias de forma natural.
Existen grandes controversias sobre la seguridad del uso de edulco-
rantes, aunque los informes de las agencias afirman que su consumo es
seguro. Los edulcorantes sustitutos son la mayor fuente de quejas ante
la FDA, mayor que ningún otro producto o medicamento. Muy proba-
blemente y debido a todo lo anterior, los productores de alimentos en el
mundo comenzaron a utilizar combinaciones de edulcorantes, como se
presenta en la Tabla 2.
Revista Científica
59