Un mundo sin prisa Edición No. 12 | Page 9

Con mucha calma, es muy fácil decirlo…

Fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo, porque me acuerdo que en 2 años, en el 96 y 97 se trabajó tanto, que creo que estuve en mi casa como máximo 30 días en esos 2 años.

Cuéntame la historia de la canción “De Repente” ¿Cómo fue la historia de esa canción?

Esa canción es una canción que escribí en la casa de mi padre. Estaba sentada en su garage, que en esos días tenía un estudio medio montado ahí y empezó simplemente con una frase musical, y bueno, la empecé a componer, y nadie creía en esa canción. Yo era la única que creía en esa canción. Y fue precisamente esa canción que escribí en inglés que se llama: “Suddenly” y en español una canción que se llama: “Quédate”; y fue con eso que hice esas dos canciones, las puse en un demo, y bueno…

¿Las compusiste en Estados Unidos?

Sí. Cuando estábamos recién llegados a la Florida, es que antes estábamos en New Jersey, y empecé con esto, era un sueño nada más, y me gustó.

Impresionante… Canción que dio la vuelta literalmente al mundo, que cruzó todas las fronteras idiomáticas que ustedes se puedan imaginar…

Sí. Esa canción, si voy a Alemania, la tengo que cantar. Fue un número 1 y por esos lados, en Francia también; en Australia, en Japón, en Checoslovaquia, por todos lados que te puedas imaginar, esa canción ha pegado.

Cuando se tiene todo y parece que todo es auspicioso, que hay más para dar, que hay más para recibir. Se tiene belleza, se tiene juventud, se tiene talento, se tiene público, y se tiene una enfermedad… Como que uno dice: ¿Pero entonces como? Justo en el momento cuando está todo por disfrutar.

Exacto… Hay cosas en la vida que no puedes controlar ¿no?, y esas son esas cosas, que puede hacer lo que uno quiere hacer. Te dedicas a crecer cada día como ser humano, te dedicas a ser mejor esposa, mejor hermana, mejor lo que sea; pero hay cosas que no puedes controlar y esa fue una de esas cosas en mi vida, que no hay un buen momento para recibir un diagnóstico de en-

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