Un mundo sin prisa Edición No. 11 | Page 22

estejar tu cumpleaños se volvió todavía más especial, pues hoy habrá quien te escribirá una carta que leerás sin ni siquiera abrir, tal vez en algún punto de América alguien recorrerá el trayecto de su casa al trabajo o a la escuela tomado de tus acordes y letras; y al llegar a su hogar, quizá abrirá la ventana para que alguien al pasar te escuche y se enamore de tu voz.

Los más cercanos y perceptivos a ti, te invitarán a que pases a celebrar durante la madrugada en sus sueños, y los más creativos y sensibles tratarán de atraparte entre los trazos de un dibujo o un lienzo; en un intento porque toda esa imagen tan hermosa de lo que tú eras, no se difumine todavía más con el tiempo.

Yo soy demasiado simple, y nunca tuve más que letras para ofrecerte... Cada año ese es mi regalo. Una página suelta de mi diario donde te repito que no necesito escucharte a diario para recordar todo lo que significas para mi y de ti he aprendido; ni tampoco para hacerte saber de que manera sigues siendo parte de mi vida.

"Nuestra cita con la vida, sólo está disponible en el momento presente"... Dijo alguna vez un maestro budista zen... Y a pesar de que el tiempo pase y en apariencia los años vayan dejando atrás tu recuerdo, una persona como tú no se olvida.

Mientras el corazón tenga memoria y tus sonidos sigan aquí: conmigo, con todos ellos...

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¡Gracias por estos 50 años de ti!

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