Una propuesta conocida que merece...
Lic. Margarita Penadés
Conocedores de esta propuesta, los/las docentes sabemos que este juego se
organiza en los múltiples espacios destinados a los sectores, que éstos son
flexibles y dependen de la variabilidad de las propuestas de juego, que la selección de
materiales se realiza en función de los contenidos y que se presentan en los sectores,
y que la elección del sector por parte de los niños y niñas implica una toma de
decisiones en cuanto dónde, con quién, con qué, y cómo jugar.
No tenemos dudas de que el formato de Juego Trabajo permite a los niños/as que
profundicen y enriquezcan lo ya aprendido en pequeños grupos, bajo la mirada
atenta del docente, quien interviene en función de la actividad de los grupos y ofrece
alternativas para enriquecer y sostener el juego en el sector elegido.
Ahora bien, la propuesta del Juego Trabajo no puede convertirse en un trabajo para el
niño, puesto que no está vinculada a la producción mercantil ni a los requerimientos
del docente, ya que ésta es una propuesta lúdica que promueve la libertad y la
creatividad para recrear un aspecto de la realidad, lo que implica un cierto desafío y
provoca placer en sus jugadores.
Pero entonces, ¿por qué juego y por qué trabajo? Reconozcamos que su
denominación es un legado de la Escuela Nueva. Es muy común que ambos
conceptos aparezcan como opuestos en la vida cotidiana: el juego asociado al placer
y el trabajo al esfuerzo. Desde ya sabemos que en el marco de la propuesta del Juego
Trabajo actual, tanto el juego como el trabajo requieren del placer y del esfuerzo,
acompañado de situaciones conflictivas a resolver, de desafíos cognitivos, afectivos y
sociales que atraviesan al juego de manera particular.
Si bien la modalidad de Juego Trabajo se ha ido modificando a lo largo del tiempo,
podemos afirmar desde nuestra propia práctica, que los sectores siempre han estado
presentes en cualquier sala de cualquier Jardín de Infantes de nuestro país… acaso,
¿responde a las mejores tradiciones del nivel? … si fuese así, (y creo que lo es) resulta
necesario recuperarlo, entendiéndolo como (retomando la postura de Laura Pitluk) un
modo particular de organizar las propuestas de enseñanza en relación a tareas
simultáneas que realizan los niños y niñas en pequeños grupos, con diversidad de
materiales en función de determinados contenidos de enseñanza y con una
ineludible intervención docente.
Desde la perspectiva del docente, podemos decir, que el