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El Nacimiento.

Las nubes conquistadas por las peticiones y rituales de los chamanes dieron frutos cargadas, plomizas, amorfas sobrevolando el cielo gris. El viento con fuerza inusual las empujaba hacia la pequeña comunidad con sus calles angostas resecas y de escasa vegetación circundante. Mientras la paleta de amarillos y naranjas que teñían las montañas estaba ausente en este atardecer particular. Los comentarios circulaban de boca en boca entre las matronas y familias del lugar asimismo a través de señales interplanetarias se extendía como un flujo de energía inusual desde el centro de cada pueblo. La reducida cantidad de mujeres en los tres distantes pueblos del planeta movilizaba aún más a la población ante el acontecimiento inesperado. En esa vigilia, ansiosa, esperanzada cuatro hombres-chamanes del Norte, Sur, Este y Oeste iniciaron su recorrido para llegar y celebrar esa epifanía. Durante el camino, la gente escribió sus deseos en papel de flores silvestres, objetos multicolores con la imagen del nacimiento que transportaron gustosos en sus alforjas.

La geografía agreste fue recorrida en majestuosos y atípicos especímenes montados por los cuatro viajeros atravesando inusuales laberintos y portales de tiempo-espacio, para alcanzar el lugar y día exacto tan anhelado, lo cual hizo lenta su caravana. Soles y lunas que se podían apreciar durante la noche tibia, era habitual para los cuatros viajeros que solo tenían como objetivo llegar. Los hombres franquearon murallas de luciérnagas gigantes que iluminaban el camino en una dinámica oleada de luz orgánica. Lunas rojas, azules, blancas que casi se podían tocar con las manos por su cercanía, guiaban al final del recorrido, hacia el estrecho callejón que descubría la rústica vivienda Cóncava de piedras, barro y cristales violáceos, abriendo sus puertas a los cuatros cansados peregrinos. La escena revelaba a la mujer cargando en sus brazos a la niña morena recién nacida, pero la sorpresa mayor, fue ver que el padre acurrucaba otra niña de ensortijado cabello albo, con sus ojos desbordando lágrimas de felicidad.

Desde el último nacimiento de una mujer ocurrido por ultima vez año 4010 en el añorado y destruido planeta tierra, la vida comienza esperanzada en la colonia número 2000 del planeta Martes…

Laura S. Dorado Saso.

MAQ Magazine n. 11 / March - April 2019