Los Cafés de calle Corrientes
sociales: “cajetillas” y
guapos. A esta
esquina, el escritor
Celedonio Flores le
escribió una sonatina;
y una de sus estrofas
apunta:
Esquina porteña, tu
rante canguela
se hace una
“melange” de caña,
gin fitz
pase inglés y monte,
“bacará” y quiniela,
curdelas de grapé y
locas de pris.
Café Guaraní: Estuvo
en la misma esquina y
también fue
netamente tanguero.
Este café, todas las
noches tenía
reservada una mesa
para Carlos Gardel y
José Razzano, que
actuaban en el Teatro
Esmeralda -hoy
conocido como el
Maipo-.
Bar de Rosendo:
Estuvo en la esquina
de Corrientes y
Esmeralda. Reagrupó
a toda una troupe de
políticos, periodistas y
escritores; hasta que
se produjo el
ensanche de la
avenida y con dicho
acontecimiento
desapareció. Fue
contemporáneo del
cine Empire y del
Cabaret L’Abaye, de
Esmeralda al 500; y
contó con la presencia
de Bartolito Mitre y
Vedia, Eustaquio
Pellicer, José S.
Álvarez (Fray Mocho),
mientras meditaban la
aparición de la revista
de mayor
trascendencia en
Buenos Aires, “Caras
y Caretas”. (El 8 de
octubre de 1898
aparece el primer
numero). En este
mismo bar nacieron
también las revistas
“El Hogar” y “Mundo
Argentino”.
La Richmond:
Ubicada en Florida y
Corrientes. Desde
siempre, supo ser un
café literario; albergó
a figuras de la talla de
Horacio Quiroga,
Hector Blomberg y A.
Gerchunoff. En el año
1943, la banda de
jazz de Eduardo
Armani y su cantante
Helen Jakson
desplegaron sus
melodías y a partir de
ese momento, el
público cultivó este
género con gusto
predilecto.
El Ramos: Estaba
ubicado en Corrientes
y Montevideo. Fue el
bar artístico por
excelencia. En los ´60
fue el refugio de
actores, periodistas y
cineastas. Durante la
última dictadura
militar, era común que
muchos artistas e
intelectuales se
reunieran por tandas
en este lugar, aunque
las razzias de la
policía y los “Falcon
verdes” -recuerdo
funesto de los
militares de la épocaaparecieran
subrepticiamente a
altas horas de la
noche...
Rafeto: Ubicado en
Corrientes y Paraná,
fue también un café
tanguero; el último de
la ronda de los años
´40, cuando la “vieja
guardia” del 2 x 4
hacía furor. Esta fue
otra de las esquinas
reas de Buenos Aires,
la de los “cafiolos”, de
los “pungas” y de las
patotas policiales,
donde la bohemia
encumbrada repartía
Revista Digital de Tango
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