Consideran que es importante que este sistema se lleve a cabo dentro de una escuela porque de ese modo será más sencilla la integración, además de abaratar los costes. El alumnado no se desvincula de los centros escolares y además, como el profesorado que trabaja con ellos son de enseñanza secundaria y adultos, es más fácil lograr acuerdos para atenderlos como necesitan.
En cada momento se ocupan de un total de 10 alumnos y alumnas y además hacen el seguimiento de los que salen de la SCS durante seis meses. Es decir, que en cada momento deben atender a un total de 20.
El sistema combina el trabajo con los estudios. A cada discente se le pregunta en las entrevistas iniciales por el tipo de trabajo que le gustaría desarrollar y se le asesora para que considere opciones realistas dadas sus características. Una vez definido el campo laboral preferido, son los profesores y profesoras los que se ponen en contacto con empresarios y otras organizaciones para solicitar el puesto de trabajo y exponerles las condiciones. Hay que destacar que el índice de paro en Suecia está en torno al 6% y en concreto en la zona de Tyresö ronda el 2%. De este modo, aprenden a desenvolverse en el mundo laboral , pues acuden a sus puestos de trabajo tres dįas a la semana, y los otros dos van a clases en el centro. Tuve la fortuna de poder acompañar a uno de ellos y a un profesor en el primer día de trabajo, en un taller de reparación de coches. Firmaron un contrato por el que el empresario se comprometía a integrar al joven en el mundo laboral, y el joven a su vez debía desempeñar su labor adecuadamente. Hay que destacar que en Suecia cualquier persona que curse estudios recibe un salario, por lo que el empresario no debe ocuparse de pagar ninguna contraprestación económica .Para muchos jóvenes ese pequeño sueldo es un estímulo para seguir sus estudios.
En el centro el alumnado recibe clases de sueco, literatura e historia, además de apoyo psicológico y talleres de crecimiento personal, autoestima, resolución de conflictos y habilidades sociales.
Si en cualquier momento un alumno o alumna decide abandonar no se le retiene, pues seguramente más adelante regrese, cuando sus prioridades estén más claras.
La formación tiene lugar de septiembre a enero , y en enero reciben a un nuevo grupo que terminará en el mes de junio.
Es frecuente que en las clases trabajen conjuntamente dos profesores y a menudo cuentan también con la ayuda de un "Teacher Assisstant"o auxiliar del profesor. Se trata de profesionales que han estudiado un ciclo con esta finalidad y ayudan en casos de discentes con necesidades especiales y también si existen conflictos o comportamientos disruptivos en en el aula.
Al finalizar se les hace entrega de un certificado pero no consiguen una titulación. El objetivo es integrarlos en la sociedad más que concederles un título.
Imagino que pueden ustedes empezar a mostrarse extrañados por el título de este artįculo y en qué se relaciona con lo que les voy relatando. Pues bien , hay dos aspectos que llamaron poderosamente mi atención y que quiero compartir con ustedes. Uno de ellos fueron los sofás abundantemente repartidos por todas las dependencias del centro: las aulas, los pasillos, la sala y las oficinas del profesorado, la cafetería, las zonas de entrada. La comodidad que aporta un sofá, en contraste con un banco o una silla, invita al diálogo sereno,hace del centro un lugar donde estar a gusto y relajado, casi como en casa. El otro factor fue el silencio: no escuché ruidos estridentes, ni gritos , ni alborotos en todo el tiempo que estuve allí. Era sorprendente cómo se desarrollaba la hora del almuerzo, donde casi cuatrocientos personas compartían comedor sin que el nivel de ruido fuese molesto en absoluto. Me decían el profesorado que al alumnado procedentes de otras culturas era algo que les trataban de inculcar desde el principio, que en Suecia no está bien visto gritar o utilizar un tono de voz demasiado alto. Lo cierto es que esa ausencia de contaminación acústica creaba un ambiente más relajado y propicio para la reflexión y el estudio.
En último lugar, quiero terminar reconociendo el trabajo entusiasta e intenso de mis compañeros Montse, Valentįn, Aurora, Rosa y Gabino para que nuestros proyectos europeos salgan siempre adelante.
2017 | nº XX | Tamadaba | 57
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