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Tras el primer año de proyecto, al evaluar y reflexionar sobre el impacto del programa en el centro, el primer ciclo decidió no usar libro de texto y apostar por una programación más fiel al currículo oficial y que reflejara una propuesta más globalizada y contextualizada. El objetivo era integrar en el desarrollo de las situaciones de aprendizaje las nuevas metodologías, dejando así de ser propuestas de actividades aisladas. Además, a esas alturas el colegio trabajaba firmemente por un cambio metodológico y enfocó su plan de formación en las nuevas metodologías y la elaboración de situaciones de aprendizaje. Fue un curso bastante duro, ya que nuestro único punto de partida era el currículo y las ganas de ampliar considerablemente el enfoque metodológico iniciado en el curso anterior. Sin embargo, este nuevo planteamiento exigía muchas horas de coordinación, planificación y elaboración de recursos y materiales. Aún así, el resultado fue muy positivo nuevamente y aunque el Programa Infancia estaba centrado en el primer ciclo, la idea de "cambio" se iba contagiando al resto de los niveles.

Los conceptos como “trabajo cooperativo, inteligencias múltiples, aprendizaje basado en el pensamiento, aprendizaje basado en proyectos”, empezaron a estar presentes de forma habitual en nuestra planificación de actividades.

La necesidad de crear un ambiente de aprendizaje colaborativo y atractivo para el desarrollo de las sesiones de docencia compartida, llevó a la dirección del centro a crear dicho espacio en un aula determinada. Ésta se decoró y se dotó con mobiliario que facilitaba el trabajo cooperativo. Además, este espacio sirvió para el almacenamiento de todos los materiales que fuimos elaborando, más los que existían en el centro. Esto supuso un desahogo en las aulas de las tutorías y una centralización de nuestro banco de recursos.

Si echamos la vista atrás, tomamos conciencia de que ya hemos andado parte del camino. Los obstáculos y dificultades que nos hemos ido encontrando en él, son los que nos hacen buscar alternativas y, en definitiva, cambiar nuestros planteamientos. No obstante, sabemos que todavía nos queda mucho camino por delante, y que es muy probable que, una vez que hayamos llegado a nuestro destino, otro nuevo camino se abra ante nosotras. Lo importante es no perder el objetivo que no es otro que el del alumnado y su proceso de aprendizaje. Para ello es imprescindible observar y analizar sus necesidades y, en función de estas, tratar de dar respuesta a través de una enseñanza centrada en ellos/as.

Seguimos formándonos y trabajando en la línea de la Innovación Educativa, tratando de ampliar nuestros conocimientos, recursos y aptitudes de manera que el objetivo del Programa Infancia se vea cumplido y ese cambio metodológico se produzca en nosotras de manera permanente. Durante este curso, hemos querido apostar por la profundización en el aprendizaje basado en el pensamiento, permitiendo a nuestros alumnos adquirir estrategias de pensamiento crítico que beneficien su proceso de aprendizaje. Tímidamente nos hemos atrevido a plantear el aprendizaje a través del juego y el planteamiento de retos al alumnado (gamificación) y hemos seguido apostando por la manipulación y el trabajo cooperativo.

Por último, nos gustaría decir que durante nuestra andadura no hemos estado solas. Hemos estado rodeadas de un claustro entusiasta y con ganas de evolucionar. Ha sido fundamental la coordinación y el trabajo en equipo, así como el apoyo de la dirección del centro. Sabemos que son muchos los docentes que creen y se han sumado al cambio, puesto que hemos tenido la oportunidad de compartir e intercambiar experiencias con ella y ellos. Es por ello por lo que nos hemos decidido a contar la nuestra. Porque creemos que es necesario compartir, con el fin de enriquecernos y ampliar nuestros conocimientos, recursos, estrategias y saber que no estamos solos en este arduo camino.

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