de ventas de este tipo de servicio tan intan-
gible
- el marketing preciso para diferenciarse de
sus muchos competidores, etc.
De hecho, creo que las prisas generadas
por tanta dopamina son muy peligrosas, y
llevan a muchos nuevos coaches a abandonar
precipitadamente sus fuentes estables de
ingresos en pos de unas infundadas expec-
tativas de buenismo y abundancia. En otras
palabras, aunque yo fui de los afortunados
en poder cambiar de trabajo y dedicarme
por entero al coaching sin morir de hambre
en el intento, muchos de mis compañeros de
certificación jamás han hecho una sesión de
coaching profesional, y otros muchos tuvieron
que regresar a sus anteriores empleadores
con el rabo entre las piernas al no saber cómo
hacer esa transición con éxito. Y eso que yo
me certifiqué hace más de diez años, cuando
salíamos al mercado cien coaches al año; hoy día
se certifican muchos más, que competirán inexo-
rablemente por conseguir su respectiva cuota.
Entonces, si no tengo intención de dejar mi
actual empleo y por otra parte hay tantas pro-
babilidades de no encontrar hueco como coach
profesional, ¿para qué me voy a formar?¿No
sería un gasto inútil de tiempo y dinero?
La respuesta es un NO categórico. Merece la
pena, y mucho, certificarse como coach
aunque no tengas pensado trabajar en
ello. Por citar algunas razones, aquí van cinco:
1. La formación en coaching es extraordinaria-
mente renovadora y motivacional; no puedes
ayudar a “resetearse” a una persona si no te
“reseteas” tú antes, así que es una experien-
cia maravillosa y una gran oportunidad
para enfrentarte a tus creencias limitan-
tes y sustituirlas por otras potenciadoras -de
ahí el subidón que comentábamos antes-. O
sea, que pasarás del “no puedo” al “estoy de-
seando empezar”.
2. El coaching se basa en hacer pre-
guntas, para estimular el proceso de
responsabilidad (entendida como “habilidad
para responder”) del sujeto. Y esto funcio-
na también contigo mismo, en una suerte de
“auto-coaching”. Es decir, adquirirás el hábi-
to de no dar nada por sentado, ver múltiples
enfoques ante una misma situación, apor-
tar racionalidad y posibles soluciones para
tus propios bloqueos en los momentos en
que estás más prisionero de tus emociones…
3. Un pilar del coaching es el profundo
respeto del coach hacia el ser humano que
tiene delante, sin juzgarle y con propósito de
acompañarle en sus objetivos. Así que los
coaches desarrollan los mecanismos
relacionados con la empatía y mejoran
enormemente su relación personal con
21