comerciales, diseño del stand, organización de los turnos
de de las personas que colaborarían en el encuentro, etc.
Lo cierto es que el esfuerzo -económico y humano- que
implicaba nuestra presencia en dichas ferias solía verse
recompensado con un aluvión de interesados en nuestros
programas de grado y posgrado, por lo que anualmente
nos embarcábamos en varias de ellas.
Uno de los encuentros periódicos más llamativos para
nosotros era Expomanagement de Madrid, al que acudi-
mos como expositores en varias ocasiones. Se trataba de
un foro altamente empresarial y maduro, con una orga-
nización, marco y proyección que nos resultaban muy
apetecibles y adecuados a nuestros intereses. Y uno de los
mayores atractivos que brindaba era la presencia de figu-
ras muy destacadas del panorama internacional, populares
por diferentes motivos, que daban conferencias magistra-
les como mínimo muy interesantes. Y como los expositores
teníamos derecho a asistir a algunas de ellas, me apunté a
tantas como me resultó posible.
Por citar algunos ejemplos, allí pude escuchar una po-
nencia de Garry Kasparov; muy conocido por su faceta de
campeón mundial de ajedrez, pero no tanto como perso-
naje de referencia en la gestión de catástrofes naturales y
crisis humanitarias al que su país -entonces Rusia, ahora se
ha nacionalizado Croata- acudía por su excepcional talento
en la visión estratégica y la capacidad de anticipación, muy
útiles en tan graves sucesos. También tuve la fortuna de
escuchar primero -y conocer en persona después- a Fer-
nando Parrado; quizás su nombre no sea tan popular de
primeras, pero si tenemos en cuenta que fue uno de los
supervivientes del accidente de avión que en en Los Andes
en 1972 condenó a unos jóvenes uruguayos al aislamiento
primero y al canibalismo después, seguro que ya resulta
más conocido. Este hombre nos puso los pelos de punta
a los centenares de asistentes contándonos las peripecias
que sufrió junto con sus compañeros, y cómo se las arre-
glaron para salir de allí. Lo recuerdo como toda una lección
de tesón, valentía y humildad.
Pero posiblemente la conferencia que me causó más im-
presión la protagonizó el General Colin Powell, exitoso Pre-
sidente del Estado Mayor Conjunto en la Guerra del Golfo
y posterior Secretario de Estado (algo así como Ministro de
Asuntos Exteriores) durante la administración del Presiden-
te Bush. Dejando a un lado las filias y fobias que cualquier
político genera, lo indudable es que este tipo ha sido un
estratega de primer nivel, ha protagonizado experiencias
y mantenido relaciones del más alto calado en ámbitos
militares, políticos y diplomáticos, y su ponencia sobre
“liderazgo pragmático” reunió a más de dos mil asistentes
en el Palacio de Congresos de Madrid, incluyendo al que os
21