Mónica es
profundamente
creyente, afirma
que Dios ha sido
su guía, fuerza
y refugio “sin El
nada es posible”
sólo te ahorras unos gastos gigantes fijos en la
operación del negocio, sino que al compartir tu
espacio de trabajo con otros empresarios tam-
bién, se crea una fuerte relación de trabajo y
networking”, explica Mónica, quien en enero de
este año, junto a su visionaria madre, abrieron
“M & M Meetings and Business Center.
“El centro de negocios está ubicado en un
sitio estratégico, a 30 minutos de ambos aero-
puertos, a 20 minutos de Galleria y a 30 del
centro de la ciudad. Nuestros clientes pueden
rentar oficinas por horas, por días o por meses,
con unas tarifas inigualables, tienen acceso a
nuestras salas de juntas dotadas de lo último en
tecnología, también poder realizar teleconfe-
rencias, reuniones de negocios, presentación de
productos, cocteles, conferencias o seminarios.
Tenemos secretarias bilingües que atienden sus
necesidades y para efectos de visa, también nos
convertimos en una solución para su dirección
empresarial. Como empresaria se lo difícil que
es comenzar abriendo una oficina, hay unos
gastos fijos y de inversión enormes, que pueden
ahorrarse usando nuestro centro de negocios
como su centro de operaciones para comen-
zar”, explica.
Una historia que inspira y motiva
Aunque Mónica nació en California, su infancia
la pasó junto a su abuela materna y sus cuatro
hermanos en Ecuador, para luego regresar con
s us padres a California a donde se casó con un
ecuatoriano cuando solo tenía 18 años “como
me casé tan joven no fui a la universidad, así
que comencé a trabajar en la agencia de viajes
de mis padres, quienes siempre fueron unos
empresarios exitosos e independientes. Sin em-
bargo, mi esposo pensó que lo mejor para cons-
truir una familia era regresar a Ecuador y así lo
hicimos, pero las cosas no salieron como espe-
rábamos por lo que unos años más tarde toma-
mos la decisión de radicarnos definitivamente
en los Estados Unidos. Para entonces mi mamá,
con la visión empresarial que la caracteriza, vio
que en Texas había una gran oportunidad para
abrir una sucursal de su oficina de inmigración
porque estábamos en plena amnistía y fue de
esa manera que llegamos a Texas”.
Estando de vuelta, Mónica se divorció cuan-
do su única hija Pamela, apenas tenía un año
“siendo madre soltera, mi hija se convirtió en la
fuerza que me impulsaba a seguir adelante. La
idea de que incursionara en bienes raíces fue
de mi madre e hice de esta carrera mi profesión
y mi pasión. Pamela fue mi primera asistente,
cuando la recogía de la escuela me acompaña-
ba a visitar casas para mostrársela a los clien-
tes, mientras ella se quedaba en el auto hacien-
do tareas. Fue una época difícil, pero muy sa-
tisfactoria”, recuerda con nostalgia, especial-
mente ahora que Pamela, quien es enfermera
profesional, se casó y se fue a vivir a Austin “la
extraño montones, siempre estábamos juntas”,
añora la orgullosa madre.
Sus valores
Mónica es profundamente creyente, afirma que
Dios ha sido su guía, fuerza y refugio “sin El nada
es posible”, afirma mientras reflexiona sobre lo
que para ella ha sido clave para mantener un
negocio estable y con una excelente reputación
por más de tres décadas “honestidad y servicio
son claves para mantener un cliente, en esta in-
dustria la gente tiende a mirar a un cliente con
el símbolo de pesos, como una comisión o una
simple transacción y no es así, lo importante
es mantener una relación, eso es lo que yo le
recomiendo a mis agentes”.
Mónica no se imagina su vida sin Houston
Real Estate Group “me gusta trabajar, no me
imagino haciendo nada más. Para relajarme
me gusta viajar junto a mi esposo Wadih Elhajj,
hacer ejercicios y continuar apoyando a las di-
ferentes organizaciones sin ánimo de lucro, en
las que me he involucrado”, finaliza.
Octubre 2016 | solo mujeres 11