Fue este diagnóstico terrible al
que, de un dia para el otro, la
cuidadora de anciamos Helena
Suárez, de 41 años, se tuvo que
enfrentar. Todo empezó con una
anemia profunda, seguida de un
tumor en la cabeza.
Helena recuerda que todo empezo
con fuertes dolores en el cuerpo,
especialmente en el brazo y en el hombro derecho, hasta
que fue consciente de que necesitaba tratamiento para la
anemia.
“Sé que tengo una parte de culpa en todo esto, a fin de
cuentas, hasta haberse comprobado el problema, yo no
cuidaba de mi salud como debería. Me alimentaba mal y, cuando lo hacía, pasaba
la mayor parte del tiempo comiendo lo que no debía”- recuerda. Pero, a pesar de
la negatividad de los médicos, que insistian en afirmarle a Helena que su caso era
complicado, ella rechazo, no aceptó y creyo: ”La fe habló más alto. Como estaba
en el hospital, no podía ir a la Iglesia; mientras tanto, mi marido, lo hizo por mí
y me llevó la botella de Agua del Super Tratamiento Espiritual. Mientras luchaba
contra la enfermedad, él hacía las cadenas de oración en la Iglesia, de hecho, mi
salud fue totalmente restaurada, causando el asombro de todos. En poco tiempo
me recuperé”, finaliza.
TRATAMIENTO
CON EL
AGUA CONSAGRADA
A LAS 11:00
DE LA MAÑANA