Spanish - Mental health and gender-based violence Spanish version | Page 139

128 • La víctima es forzada a una posición de subordinación. • L a víctima no puede impedir el ataque o controlar al agresor; Sus estrategias normales para afrontarlo fracasan. Como resultado, se convierte en una víctima de la ira y la agresión de otra persona. • Viola su integridad sexual.  Desarrollo de Trastorno de Estrés Postraumático Complejo (TEPT complejo) Se ha necesitado durante mucho tiempo una descripción (o una categoría de diagnóstico) de las reacciones de aquellos que han estado expuestos a un trauma duradero durante la infancia. Esta categoría abarcaría “situaciones crónicas de trauma” como: la violencia continua; el abandono o la negligencia; y el abuso, incluida la violación múltiple. Tales situaciones pueden dar lugar a lo que se denomina “ Trastorno de Estrés Postraumático Complejo” (TEPT Complejo). Los síntomas ocurren en tres áreas principales: • R egulación deficiente de los estados afectivo y somático. Los individuos oscilan entre estados de intensa emoción, están deprimidos, hipersensibles, experimentan motricidad retardada, sufren trastornos del sueño y de alimentación, no son conscientes de sus propios sentimientos. • C onciencia, concentración o regulación del comportamiento deficiente. Los individuos a menudo se enfocan de manera estrecha o restringida ante las amenazas, son impulsivos, propensos a dañarse a sí mismos. • D isminución de sus capacidades de socialización y expresión de las emociones. Los individuos a menudo no confían en sí mismos o en los demás, y esperan o se preparan para el rechazo. Trauma, riesgo y resiliencia La resiliencia no es rara e indica un ajuste saludable. Por lo tanto, es importante entender los factores que ayudan a sanar y que le permiten a la gente enfrentar lo que están viviendo. También es de suma utilidad distinguir la recuperación —durante la cual las sobrevivientes sanan con el tiempo después de estar desestabilizadas, y mostrando síntomas de angustia— de la resiliencia, siendo ésta la capacidad de recuperarse frente a la adversidad, y seguir adelante durante y después de las catástrofes. Las investigaciones han demostrado que la resiliencia no es sólo una característica personal. La capacidad de una persona para hacer frente a situaciones difíciles, se complementa con factores externos que la protegen contra el riesgo. Un ejemplo obvio: las sobrevivientes serán más resilientes (podrán soportar mejor las adversidades) si tienen el apoyo de sus comunidades. Algunos elementos de resiliencia parecen ser universales, mientras que la cultura influye en otros. (Véase el capítulo sobre “Cultura y conceptos sobre el trauma” en la Parte III, pág. 134-136). Si una persona presenta síntomas ligeros o extremos, es probable que su respuesta esté influenciada por factores protectores o de riesgo. 1. Su herencia genética. Nacemos con diversos grados de fortaleza o vulnerabilidad. 2. Sus experiencias antes de la exposición al trauma. 3. El carácter del evento traumático. 4. Su situación inmediatamente después del evento traumático (por ejemplo, cuán rápidamente recibió ayuda). 5. Su situación a largo plazo (por ejemplo, la calidad del apoyo de rehabilitación que recibió).