SAMIZDAT | Crónica de una vida nueva Noviembre-Diciembre 2014 | Page 8
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SAMIZDAT NOVIEMBRE-diciembre 2014
Cine
Liberal Arts
Liberal Arts / 2012 / Josh Radnor
Liberal Arts (Amor y
Letras en España) es un film
de 2012 escrito y dirigido por
Josh Radnor. Cuenta la historia
de Jesse Fisher (Radnor),
un neoyorquino amante de
la literatura y el arte que, al
volver a su universidad para
reencontrarse con un antiguo
profesor (Richard Jenkins),
conoce a una joven estudiante
de 19 años (Elizabeth Olsen),
con la que comienza una
sorprendente relación en la que
compartirán la fascinación por
el mundo de las letras y por la
realidad, cambiando totalmente
la perspectiva de ambos ante la
vida.
Nuestro
protagonista
vuelve a respirar
el aire de la vida
universitaria,
años después
de
haber
terminado
la
carrera.
Los
días de Jesse
están colmados
con
una
insatisfacción:
son días plagados de libros, de
ficción que distrae de la realidad.
El verse de nuevo en un lugar
en el que esperó tanto de sí
mismo y de su vida, como es la
universidad, le resulta punzante.
La nostalgia de un tiempo
donde había esperanza para
todo le provoca una inquietud
muy sana: ese “¿qué quiero yo
en mi vida?” que se nos aparece
cuando respiramos de verdad,
cuando nos escuchamos con
sinceridad. Y el olor del sitio
donde día a día Jesse estudiaba,
lleno de sueños y promesas,
es un olor de respirar. Este es
el olor de la universidad, del
colegio, de las aulas donde uno
ha crecido. Así se respira en el
sitio donde vives el presente
mirando hacia un futuro.
En la universidad, Jesse
conoce a Zibby, una joven
estudiante que vive consciente
de que la vida es una constante
improvisación, en la que sobre
nosotros recae la decisión de
decir “SÍ” o “NO” a lo que
se nos pone delante. Entre
ellos surge una preferencia
casi inmediata, y empieza una
nueva e interesante relación.
De entre todas sus magníficas
conversaciones, cabe mencionar
una, en la que Zibby cuenta
cómo conoció, a través de la
universidad, la música clásica:
un profesor (“un gran maestro”)
de repente hizo brotar en ella
con una clase una pasión por lo
desconocido, por lo ignorado,
por la inmensa oleada de
apasionante realidad que tantas
veces había pasado a su lado
como una ráfaga casual. Esto
es lo que los grandes maestros
propician: una pasión por la
realidad, la misma que hace un
momento no despertaba ni tan
siquiera la más insignificante
de las indiferencias. De pronto,
a través de los ojos de otro
ves lo apasionante que puede
ser lo que hasta ahora no era
ni mínimamente inquietante.
Estudiar y aprender se convierte
en una aventura apasionante.
Así interesa vivir el estudio y las
asignaturas.
Entre las cuestiones
retratadas en esta película,
destaca la constante persecución
de algo que pueda satisfacer
la vida, y en esta persecución
el constante choque contra un
muro, un imposible. Profesores
veteranos, un estudiante al que
todo el mundo deja solo, una
chica en constante busca del
amor adecuado, un hombre
perdido en los mundos
fantásticos de la literatura que
no vive la realidad... Todos
estos personajes conviven en
un contexto tan fascinante
que siempre hemos querido?
En la película se nos recuerda
que incluso en la consecución
de todos nuestros objetivos
algo puede fallar, y la vida
puede dejarnos tirados.
En medio de toda esta
insatisfacción, aparecen brotes
de belleza, tan descomunales
como discretos; nos vemos
delante de situaciones, de
diálogos, de miradas, incluso de
música. Todo esto, poniéndose
frente a nosotros, despierta
una atracción mayor que la
consecución de todos esos
objetivos que siempre se tienen
en la cabeza. La película trae a
los ojos esa mirada perdida en
el tiempo que se detenía a jugar
en un patio de arena con otros
niños, a hacer castillos en la
playa o a, sencillamente, mirar
el mar. Y lo hace en un mundo
de asfalto, d