SAMIZDAT | Crónica de una vida nueva Noviembre 2016 | Page 8
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NOVIEMBRE 2016
MICHAEL PHELPS:
TODO Y NADA
Phelps es el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos, con un total de 28 medallas. Además, posee los récords de más medallas olímpicas de oro (23), más medallas de oro en
eventos individuales (13) y más medallas olímpicas
en eventos masculinos (15), sin contar la cantidad
de récords mundiales que ha batido. Comenzó a
nadar a los 7 años, y a los 15 ya debutó en los Juegos Olímpicos de Sidney, obteniendo el 5º puesto
en la final del 200 mariposa. A partir de entonces,
estableció montones de récords mundiales y participó en los JJOO de Atenas, Beijing y Londres.
¡Una trayectoria deportiva espectacular! ¿Qué más
podía pedir?
Poco después de retirarse de la natación, el
29 de septiembre del 2014, Phelps fue detenido por
exceso de velocidad bajo los efectos del alcohol.
La verdad es que previamente había cometido más
errores, pero parecían pequeños tropiezos aislados. Por ejemplo, en 2009 fue suspendido en natación durante tres meses después de que se hiciera
viral una fotografía suya fumando en un bong.
Justo ahora, antes de los JJOO de Río, Michael Phelps decidió revelar su historia al mundo.
Declaró que, tras retirarse de la natación, “No tenía
autoestima. Ni amor propio. Pensaba que al mundo
le iría mejor sin mí. Pensé que lo mejor que podía
hacer… era poner fin a mi vida”. Desde que comenzó a nadar su vida giró en torno a este deporte,
El nuevo rostro de Phelps.
dejando de lado incluso la relación con su padre, quien
se divorció de su madre cuando Phelps tenía 10 años.
La piscina se convirtió en un refugio donde resguardarse de la realidad, y esta fue la causa de que años más
adelante tuviera problemas con las fiestas y el alcohol,
absolutamente desorientado en la búsqueda de su felicidad.
Es evidente que todas las medallas y los méritos
que fue recogiendo a lo largo de su vida en realidad no
le llenaban: parecía que lo tenía todo, pero nada le bastaba. Cuando se retiró de la natación y experimentó lo
que supone una vida de desenfreno, se dio cuenta de
lo insatisfecho que estaba. No obstante, en estos JJOO
he podido reconocer en su rostro un nuevo brillo, como
si verdaderamente las medallas tuvieran un gusto más
allá del sabor a hierro. Sin duda, en su sonrisa y en sus
lágrimas, en cómo besaba a su hijo e incluso en
cómo felicitaba a sus rivales, se percibía una novedad
radical. Esto se debe a que unos meses después del
último incidente, Phelps retomó la relación con su padre, decidió prepararse para los JJOO del 2016 y se
prometió con su novia, con quien ha tenido un hijo recientemente. Explicó que cuando tienes un hijo, ‘’de
pronto te llega una nueva forma de entender qué es el
amor en realidad’’.
Enrique García-Blanes, estudiante de Física (UCM)
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