SAMIZDAT | Crónica de una vida nueva Mayo-Junio 2011 | Page 3

3 SAMIZDAT. MAYO-JUNIO 2011 Juan Carlos Monedero profesor de Ciencia Política en Somosaguas 1 La fe es una creencia que no precisa de mayor instrumento que la voluntad del creyente de dar por válida la existencia de una entidad metafísica. Por el contrario, la razón, que es la que organiza el método científico (base de la vida universitaria), necesita criterios de lógica y demostrabilidad para avanzar. En Dios se cree. Las leyes de Darwin se saben. La diferencia está en que las leyes de la evolución tienen que poder demostrarse y, en tanto en cuanto se den por válidas, no haber sido falsadas (esto es, que exista una explicación más convincente). La ciencia puede construir argumentos lógicos o establecer hipótesis científicas que pueden demostrar la inexistencia de lo que desde la religión se llama Dios (lo que han hecho recientemente Stephen Hawkins (El gran diseño) o Richard Dawkins (El espejismo de Dios). Lo que desde la perspectiva de la razón es una explicación o una categoría, desde la perspectiva religiosa sería considerado un ataque o un insulto. ¿Hay que dejar de explicar las leyes de la evolución porque prescinden de dios alguno?¿Hay que poner al mismo nivel las teorías creacionistas que las teorías –o leyes– que tienen sustento científico? La incompatibilidad, desde la religión, se ha zanjado históricamente con prohibiciones y persecuciones (podemos pensar en Galileo pero también, hoy, en las células madre). Desde la ciencia, reclamando total independencia y librándose de la mordaza práctica e intelectual que la religión ha puesto siempre sobre el pensamiento científico. Porque desde la ciencia, la creencia en un primer motor inmóvil está a la altura de la creencia en los marcianos o unos simpáticos duendecillos verdes que nos circundan cuando dormimos. Vista la imposibilidad de hacer ciencia y creencia algo compatible, ¿no hay que ahorrarse este desencuentro en las sedes universitarias? Los científicos no van a las iglesias a demostrar que dios no existe ni los creyentes van a la universidad a contar que dios te obliga aunque ni lo veas ni creas en su existencia. Es también Dawkins el que afirma: “Cuando una persona sufre de una alucinación se le llama locura. Cuando muchas personas sufren de una alucinación se le llama religión.” De ahí que sea esencial separar los ámbitos de la fe y los de la ciencia. 2 Me parecería intolerable que un grupo de cristianos se reunieran en cualquier facultad para hablar del tema que quisieran y tuvieran dificultades. La universidad es de todos y todas. Dicho esto, lo que no tiene sentido es que existan capillas en las universidades públicas: a las universidades se va a pensar, a razonar, a estudiar, a discutir, no a hacer proselitismo religioso ni a honrar a ninguna divinidad. A rezar se va a los lugares de culto de cada cual. La existencia de capillas es un anacronismo propio de un Concordato elaborado antes de la Constitución y que sólo busca un privilegio para la iglesia católica, que quiere encontrar una posibilidad de influencia que no se corresponde con el laicismo propio del Esta F