SAMIZDAT | Crónica de una vida nueva Junio-2016 | Page 3

3 samizdat junio idealizados. ¿Y qué nos ofrece leer a hoy en día? No te da respuestas fáciles y eso te obliga a pensar, a profundizar, a no simplificar y a no juzgar al otro de manera categórica. Te está obligando a hacer una introspección y trata todos los problemas actuales del poder, la corrupción, las relaciones personales, familiares, de amor, etc. Ya en sus obras poéticas hace una introspección de lo que es la maldad humana. Te pone los pelos de punta, pero, al mismo tiempo, incluso te acerca a esas personalidades extremas con todos sus pensamientos. Yo creo que Shakespeare, igual que muchos otros grandes escritores, se preocupa por el mal. ¿Cómo explicamos que el hombre sea capaz de ser ese lobo para el hombre, la duplicidad del alma humana, el doble rasero que se utiliza? I.B.– Relacionado con esta variedad de matices, te quería preguntar específicamente por “Hamlet”, su personaje más universal. Cuando yo leía sus soliloquios me daba la sensación de que era un primer personaje moderno: metido en su cabeza, dentro de la sospecha y la duda, razonándose a sí mismo y sin llegar a salir. Un cartesiano que habla consigo mismo pero no saca nada en claro. M.G.– Yo sí que veo que él es una de sus creaciones más modernas y por eso ha sido tan destacada en su obra, porque es una especie de antihéroe. Ahí es donde puedes ver mejor esa idea de un personaje ambivalente, que no es ni bueno ni malo. Hamlet, como personaje, es víctima de una línea. Él es el que sufre la afrenta, pero se convierte en el villano de la historia de Ofelia y Laertes. ¿Qué mejor manera de mostrar esa duplicidad del alma humana? Yo creo que sí que vemos una evolución del personaje y esto me parece que es lo más interesante de esos soliloquios. Primero es el adolescente rebelde sin causa. Luego tiene una causa, pero él la lleva al límite, siendo nada práctico y muy idealista, demostrando todas las pasiones de la juventud, de intentar querer un mundo mejor y de sentir mucho rechazo a lo que no te gusta de tu sociedad. Y finalmente pasa a entender que él también lleva el mal dentro. En todos esos discursos Hamlet es el primero que dice que él es una persona indigna, que él es una persona pecadora, que él es el peor de todos. Ahí se ve cómo ha pasado de rechazar todo lo que era inmoral, poniéndose él un poco como parangón de virtud, a reconocer que dentro del alma humana también tiene el mal, a reconocerse como cobarde, con miedo a la muerte (algo que le paraliza) y a re- 2016 conocer ejemplos alrededor de personajes que han sido capaces de sobreponerse a ese miedo y ya, por último, a aceptarlo. Yo creo que de lo más bonito de Hamlet, es la escena del cementerio, cuando se enfrenta a ese enterrador que es uno de los personajes más memorables de Shakespeare, un hombre que está totalmente familiarizado con la muerte, que habla al príncipe o a un rey como a cualquier otra persona. Es esa persona que no se doblega ante la autoridad, sino que trata a todo el mundo por igual. Hamlet es como si de repente viera un modelo a seguir. Entonces se da cuenta de que la muerte nos iguala a todos y que hay que apechugar y que aceptar que estamos vivos, que tenemos aquí una oportunidad cada día para reaccionar. Cuando por fin es capaz de aceptar su destino se precipita la tragedia, pero por lo menos se precipita también ese conocimiento de que la vida es para vivirla. I.B.– Es especialmente interesante el momento en que Hamlet se plantea qué es mejor si morir presentando batalla o dejarse matar, y toda la pregunta que aparece que no tiene respuesta. M.G.– Fíjate, en cuanto a esa cuestión, Hamlet es un personaje también muy ambivalente porque decide morir matando. Si vemos la evolución del propio autor en cuanto a la legitimidad de esa acción, si nos enfrentamos, por ejemplo, a El rey Lear, vemos que ahí los personajes buenos mueren aceptando. Casi como Jesucristo. Cordelia es como una especie de versión femenina de Cristo, que se sacrifica hasta el final. De alguna manera vemos como Shakespeare reconoce que ante ese sacrificio humano ya no hay posibilidad de decir si fue ambivalente, fue turbio o tuvo duplicidad. Es la entrega total. Yo lo veo también una herencia del catolicismo de la familia de Shakespeare que se puede ver a lo largo de toda la obra. Esa lucha por defender con qué valores me quedo: los del protestantismo y calvinismo, la idea de la predestinación, de que hay unos que van a ser los escogidos y otros no, o la idea de la compasión, del perdón, del sacrificio y de la entrega total. Por eso El Rey Lear es otra de las obras grandes, esenciales. Muy oscura, pero tiene esos momentos de ternura. Es dramática hasta el final, pero los personajes buenos son, digamos, puros. Al final Cordelia es ejemplo de personaje totalmente puro que se entrega hasta el final y de quien es imposible decir que podía haber hecho las cosas mejor. www.periodicosamizdat.com