SAMIZDAT | Crónica de una vida nueva Febrero-Marzo 2015 | Page 7

7 SAMIZDAT FEBRERO-MARZO 2014 no tiene ningún afecto por su vida y ni siquiera ve razón alguna para apreciar a sus compañeros de trabajo. La clave de la diferencia entre uno y otro es la libertad. Negro quiere salvar a Blanco con todos sus esfuerzos, pero sabe que, al final, Blanco es libre. Libre de salir por la puerta, libre de no escucharle, y libre de tirarse a la vía. Delante de esta libertad el hombre no puede hacer nada excepto mostrar que hay otra forma de vivir, de estar en las cosas, en el trabajo, en todo. Hay una forma de vivir todo siendo feliz. La libertad permite estos dos caminos. Y el hombre puede elegir cuál seguir. Blanco: ¿Usted cree realmente en un mundo así? Negro: Desde luego, profesor. Desde luego. Yo pienso que está ahí a nuestra disposición. Hay que ponerse a la cola buena. Comprar el billete adecuado. Tomar el tren normal y dejarse de expresos. Esperar junto con los demás en el andén. Si hace falta, saludar a este o al otro con la cabeza. O hasta decirle hola. Ahí todo quisqui es un viajero. Y los hay que han vivido cosas que la mayoría del personal no quiere ver ni en pintura. Ellos tampoco querían. Puede que hasta le cuenten como era aquello y así se ahorra usted un viajecito. Seguro que lo agradecería. Blanco: Ya. Pero eso no va a pasar. Negro: ¿Por qué no? Blanco: Porque yo no creo en ese mundo. Yo solo quiero tomar el tren. Mire, es mejor que me vaya. Marta Varone Estudiante de Filosofía Moonrise Kingdom Moonrise Kingdom / 2012 / Wes Anderson Moonrise Kingdom es un film del 2012 escrito y dirigido por Wes Anderson, de quien recientemente hemos recibido en cartelera la premiada película El Gran Hotel Budapest. Cuenta con un reparto lleno de grandes actores, que incluyen a Bruce Willis, Edward Norton o Bill Murray. La historia se remonta al verano de 1965, isla de New Penzance, en la que los trazos maestros de Anderson dibujan un escenario entre el surrealismo, el mundo real y la magia. solitarios. Nada en el mundo parece comprenderles. Hasta que se encuentran el uno al otro. En el momento en el que uno que siempre ha estado solo conoce algo en el mundo que parece acogerle tal y como es, con todas sus rarezas, con todo lo que los demás rechazan, brota una esperanza. Esto es lo que Sam y Suzy encuentran el uno en el otro: una esperanza. Alguien parece quererles. Alguien parece poder responder a su soledad. Ambos sienten una correspondencia inmediata al conocerse: es uno de estos encuentros mágicos en los que los ojos no pueden dejar de mirar ni el corazón dejar de sentirse vivo. Sam y Suzy aman las aventuras, y a la aventura se lanzan. No niegan lo que quieren, lo que no pueden dejar de buscar, esa necesidad de ser queridos. El mencionado mundo real es adulto, serio, triste. Tan triste que incluso los niños son tristes. Unos juegan a ser adultos, queriendo ser más mayores, crecer rápido, y olvidar que son niños. Y otros son despreciados por ser niños y están solos. Es precisamente esta tristeza la que da inicio a la trama. Es la tristeza de Sam y Suzy. Sam Shakusky, un chico huérfano al que hasta sus padres adoptivos renuncian, escapa de un campamento Scout al que había sido enviado. Suzy Bishop, una chica que no tiene amigas, sumida en historias de fantasía, magia y aventuras, hija de un matrimonio que no se quiere, escapa de su casa. Sam y Suzy son dos niños [email protected] Estos dos niños que no encuentran su lugar en el mundo se marchan para crear el suyo propio. Un lugar en el que poder vivir la vida; una vida que con nadie más ni en ningún otro sitio ha parecido merecer la pena. Cada uno ha encontrado un hogar en el otro, por tanto, el mundo nuevo puede empezar en su compañía. Ahora son nuevas reglas, es su mundo, el mundo de Sam y Suzy. Pero estos chicos viven en el mundo real. Y el mundo no ha cambiado porque ellos hayan decidido crear el suyo propio.