SAMIZDAT | Crónica de una vida nueva Enero-Febrero 2016 | Page 5
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SAMIZDAT ENERO-FEBRERO 2016
por no llorar lo suficiente, o por creer en algún tipo de religión. No hay ningún tipo de
libertad humana. Pero entonces, si no crecen con libros, con películas, con historias,
¿qué tipo de referente tienen para las típicas
historias de romance y de amor? ¿De dónde nace su ideal de felicidad? Les educan
para que vivan sólo por y para el Presidente
Eterno y al servicio del país.
Es muy curioso lo realmente distinto que es
este país frente a las otras tres grandes potencias. Basta buscar fotos de los edificios
de las calles y personas de estos sitios para
darse cuenta del salto. Por un lado, uniformes, abrigos grises, pelos muy recogidos y
caras largas. Por otro, coloridas ropas, muy
descuidadas, incluso rallando con lo excesivamente chillón. Por una parte, edificios
de ladrillo muy anticuados y retrógrados.
Calles vacías de personas, ocupadas en
cumplir con su función social. Por otra, sin
embargo, calles llenas de luces, de vidas,
de videojuegos, de pantallas, de risas y karaokes.
cia China o Corea del Sur (parece increíble
que en una misma península convivan estas
dos formas tan radicalmente distintas de
vivir), ¿cómo acogerles? El gobierno chino quizá debería detener las repatriaciones
de los norcoreanos exiliados. ¿Qué tipo de
realidad acoge esta gente si encima de huir
de este monstruo se encuentra con que el
mundo de fuera insiste en que vuelvan al
mismo? ¿Qué tipo de esperanza se les presenta?
Y ante todo esto, ¿qué hace el mundo?
¿Qué hacemos nosotros? Ante todos los
norcoreanos que huyen despavoridos ha-
¿Y dónde quedan los derechos humanos
fundamentales? ¿Quién denuncia y actúa
divino por un mal que, por tanto, es necesario purificar. Esto se ve muy bien en
el documental Los olvidados de los olvidados, en el que aparecen varios “centros de
plegaria” en los que cientos de enfermos
mentales se hallan encadenados a troncos
de árboles para «liberarse de los malos espíritus» mientras los responsables del centro
«luchan contra los demonios mediante la
oración». Realidades como ésta se extienden por todo el continente africano.
persona. La gratitud por el encuentro con
un sacerdote tras unos años de desesperación total –Grégoire estuvo al borde del
suicidio– y el deseo de «poner una piedra
en la construcción de la Iglesia», han llevado a este exreparador de neumáticos a dedicar su vida por completo a los enfermos
mentales, «en los que es Jesús mismo quien
sufre».
El fotógrafo Robin Hammond, autor de
Condenados. Salud mental en países africanos
en crisis, afirma que «tras doce años
documentando problemas de derechos humanos, nunca me he topado con una mayor
agresión a la dignidad humana. Estas personas son invisibles y, por tanto, su sufrimiento es ignorado».
Grégoire Ahongbonon, fundador de la
Association Saint Camille de Lellis (1983),
lleva más de treinta años atendiendo en
Costa de Marfil y Benín a los pobres y a los
enfermos, centrándose en los últimos de
los últimos, los olvidados de los olvidados:
los enfermos mentales. Grégoire es una de
esas personas para las que el centro es la
Grégoire afirma que «cuando iniciamos
nuestros proyectos no teníamos el dinero
suficiente para empezarlos», pero que «nunca me ha preocupado el dinero, sino sólo el
hombre, pues no se puede abandonar a un
hombre por la calle por falta de dinero. […]
Confiamos en la Providencia. Cuando una
obra viene de Dios, Él provee».
Así, Grégoire y la Saint Camille se dedican
a romper las cadenas que mantienen atados
a los enfermos, devolviéndoles la libertad
de vivir, reconociendo su dignidad de seres
humanos. «Mientras haya un solo enfermo
mental encadenado a un árbol, toda la humanidad estará encadenada», afirma Grégoire.
Es esta pasión por el ser humano en su to-
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ante todo esto? Un gran silencio rodea todo
esto que está sucediendo en la actualidad.
¿Acaso los norcoreanos tienen la culpa de
haber nacido donde han nacido? Estaremos
muy desarrollados, pero humanamente,
quizá no tanto: si el mundo entero permite
esto, un tipo de gobierno que lleva algo más
de siete décadas en funcionamiento, no será
jamás cambiado. Y miles de personas con
vidas que cumplir, deseos que alcanzar y
amores que conquistar seguirán obligados a
esclavizar sus propios pensamientos y sentimientos.
Juan Andreo,
estudiante de Matemáticas (UAM)
talidad la que caracteriza el proyecto
social y personal de Grégoire, cuya
vida ha consistido y consiste en responder a la realidad que se le ha ido
presentando: enfermos sin recursos
económicos; presidiarios; enfermos
mentales que vagan por las calles
hambrientos, sedientos y desnudos;
toxicómanos, etc. Grégoire, simplemente, ha ido respondiendo a la necesidad de su corazón y a la de tantas
personas que ha ido encontrando en
condiciones miserables.
Si lo deseas, puedes colaborar con la
ONG CESAL, que ha apadrinado un
proyecto de construcción de un centro para enfermas mentales y toxicómanas en Porto Novo (Benín). Más
información en www.cesal.org
Ignacio Cabello,
estudiante de Historia (UAM)