SAMIZDAT | Crónica de una vida nueva Abril-Mayo 2016 | Page 8

8 samizdat abril - mayo 2016 Verdadera Inteligencia Artificial? ? Para todo el mundo es evidente el avance ininterrumpido de las tecnologías en todos los ámbitos de la vida contemporánea. Hay programas que asisten a los hombres y mujeres en prácticamente todas las tareas que realizan a lo largo de los días, el desarrollo está ante los ojos de todos. Una de las vanguardias más importantes de este desarrollo es la creación de la llamada Inteligencia Artificial, que consiste en el intento de crear o simular una forma de pensar, razonar y percibir la realidad equiparable a la humana. El objetivo final de los esfuerzos en este campo es alcanzar el concepto de “singularidad“, consistente en el momento en que una máquina tenga la suficiente inteligencia e inventiva como para crear otra máquina o auto-mejorarse. En palabras de uno de los padres del campo que tratamos, Alan Turing, “el camino hacia la Inteligencia Artificial es construir una máquina con la curiosidad de un niño y dejar que su inteligencia se desarrolle”. Pero realmente, ¿en qué punto estamos de este avance tecnológico? En este momento existe un gran conflicto intelectual entre los expertos sobre el plazo en el que esperar la llegada de la ansiada singularidad. Mientras tanto, prolifera la expansión de los llamados “sistemas expertos”, que, ante la falta de una inteligencia artificial verdaderamente creativa, se ocupan de satisfacer necesidades humanas aisladas, cada vez con una mayor interconexión entre ellos. Esto es lo que da a los hombres la sensación de inteligencia cuando dista aún mucho del nivel de la propia inteligencia humana. ¿Es posible realmente llegar al momento de la singularidad en que las máquinas, además de en memoria y en velocidad de procesamiento, superen al ser humano en inteligencia? El desarrollo final de la Inteligencia Artificial está siempre condicionado a la capacidad de la máquina de adquirir consciencia (reconocimiento de sí misma y de lo que le rodea) y conciencia (reconocimiento de sí misma en el marco de la moralidad y, por tanto la distinción del bien y el mal). De estos conceptos, el que produce claramente más conflicto entre los expertos es la conciencia ya que, en primer lugar, se ha avanzado en cuanto al reconocimiento propio en las máquinas. En segundo lugar, como dice Pedro García Cuartango (periodista y editorialista de El Mundo) “podemos observar el estallido de una supernova a 3.800 millones de años luz y empezamos a penetrar en el secreto de las partículas cuánticas, pero seguimos sin tener respuesta a las preguntas más elementales: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿qué hay más allá de la muerte?” (El Mundo, 16 de enero de 2016). O, dicho de otro modo, ¿es capaz el ser humano de nuestro tiempo de dotar de una “autoconciencia” (conciencia de uno mismo) a un ser aún inanimado antes de comprender profundamente la suya propia? ¿Basta simular y programar capas y capas neuronales para crear la complejidad alrededor de la cual siglos de filosofía no han dado aún una respuesta en la que todo hombre se vea reconocido? ¿Es la expresión de toda la literatura universal fruto de interconexiones neuronales perfectamente simulables en un conjunto de circuitos? www.periodicosamizdat.com Juan Borrero, estudiante de Ingeniería Informática (UPM)