Con el impulso que recibió de este toque como solista,
volvió al estudio. Con equipos rudimentarios empezó
a grabar “Fritos de mi tierra”, un trabajo que circuló en
redes, tuvo bastante acogida y ratificaba los sonidos
Funk, Hip-Hop y latino que ‘Zatélite’ quería para su
música. Con él se presenta a su primer Altavoz, le da la
propulsión definitiva que necesitaba y consolida una
banda que lo acompañaría en su trabajo como solista.
Luego de esto, vendría la nominación a los premios
Shock y varios festivales Altavoz más. Había una
consolidación de nombre.
Sobre la música que hace y sobre lo que hoy llaman
fusión, ‘Zatélite’ es crítico. Para empezar, entiende el
auge que ha tenido esta música, en tanto son sonidos
que están cerca de nosotros. Además, sonidos como
el Drum & Bass y otros electrónicos se agotan rápido
en su exploración, mientras que lo latino y los sonidos
de las costas Caribe y Pacífica los conoce mejor desde
pequeño, y podía explorar más en ellos. No obstante,
entiende que este estilo, al parecer, se ha vuelto una
fórmula, es decir, un proceso de composición que
no exige demasiada técnica y que vende bastante
bien en la coyuntura actual de la música. Es en este
punto donde él no quiere estancarse, no quiere ser
reconocido por esa música específica, y es lo que lo
mueve a seguir explorando.
Con esto, ‘Zatélite’ muestra una inquietud por el arte
en general que le ha permitido moverse bastante, no
sólo en la música, sino también como artista plástico.
Él parte de inquietudes, de ideas, molestias y, desde
allí, desarrolla su obra musical y plástica. Así ocurrió
con la frase “Hay un error en el sistema” o la campaña
de “Ciclobeat”, que fuera de ser bastiones artísticos
en su trabajo, estuvieron conectadas a colectivos y
movimientos en la ciudad.
Caminando es la forma como ‘Zatélite’ construye
sus letras desde diferentes frentes. Cree que es
importante decir algo, así sea con algo de humor,
como en muchas de sus canciones, pero que siempre
la letra esté apuntando a un problema o entorno
que pueda interpelar a la gente, como pasa con la
canción “Mínimo”, que habla del salario mínimo
legal en Colombia.
Con ‘Zatélite’ vemos, entonces, un eslabón de esa
música “alternativa” que ha tenido su cumbre en
los últimos cinco años, pero también un artista que
entiende que allí no se aceptan conformismos ni
costumbres. En últimas, su propia búsqueda pareciera
ser la del movimiento, la de encontrar formas de decir
las cosas que lo interpelan, aunque siempre veremos
en su música lo que él llama “sabor”, que puede ser un
fraseo de Rap, un performance en tarima o un mural en
alguna calle de la ciudad.
Foto: Zatélite
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