ejemplo, esa música me gusta porque es muy triste o
esa música me gusta porque es muy alegre, es tanto
como no decir nada.
En tanto la música es un misterio, los músicos son
apreciados, hacen sentir a los otros y compartir, más
que una visión, un “estar”, por algo que no requiere
explicaciones. La música es una de esas cosas que se
argumenta, se muestra, se ofrece, pero, como otras
artes, no se justifica.
Los músicos de esta ciudad en estos géneros visitados
no parecen muy preocupados por hacer de su vida un
modelo o convertirse en referente; sin embargo, los
músicos que son a la vez productores –como Federico
López o Guido Isaza– señalan la importancia de lo que
representan estos artistas y el seguimiento que hace
el público de las agrupaciones, para ver si su vida o su
comportamiento con el mercado se parece a lo que está
en sus letras o imagen1.
Aún más, se puede hablar de la ética de un campo,
de un modo de moverse que si bien no está libre
de contradicción y no se le pide ya el abstracto de
la autenticidad, sí puede evitar engaños. Alcanzar
una cierta honradez2 es eso que nos va a permitir
enamorarnos de nuestros músicos. En todo caso, si
bien eso sucede, es también necesario separar al autor
de la obra, para no pedirle a la persona que tenga que
sobrevivir más allá de su música con tantos requisitos,
pero también para entender el azar de cómo surge una
canción a pesar del artista.
Existe un fuerte azar en estar parado en un lugar y
contar con esa sensibilidad y esa capacidad musical
para hacer una canción que recoja de un momento
todas las emociones (o estar lo suficientemente lejos de
todo para poner todas las emociones en un momento
narrado). Los músicos cuentan historias para crearle
una morada –que otros pueden visitar– a algo que
están sintiendo; también logran retratar un momento
con la piel afuera, por lo que se desordena la realidad.
Entender la producción artística –y lo oportuno de
la misma– como parte de un movimiento telúrico3,
pequeños minutos y pequeños roces que ponen una
canción aquí y allí no, es la posibilidad de reconectar
al músico como representante y evitarle la posición
etérea de ídolo ungido.
Por supuesto –y aunque muchas veces se use como una
excusa– están las canciones o las músicas adelantadas
y los eternos retornos, que hacen que lo que en los
noventa parecía anticuado, se vea muy actual en el
2014. Tenemos una forma de desembrujar la fama –
con músicos que no hicieron las cosas en el momento
470
oportuno– y darnos cuenta de los circuitos de las
tendencias y las modas que no siempre son alentados
desde la creación (sino que tienden a esperar la
perseverancia del artista y cierto nivel de consagración
de la obra).
Insistimos acá en que hay dos grados de penetración
de la música muy distintos: gente que quiere hacer
parte y los que están profundamente atravesados por
la música. Queremos hacerle un pequeño homenaje a
estos últimos, que no tienen ninguna otra posibilidad
distinta que hacer música y emprenden proyectos de
creación que les consumen todo. Lo definitivo acá para
el grupo de los músicos que guardan ruidos bonitos
o un par de canciones que no dejan de acosarlos, no
es encontrar la forma de vivir de la música, sino su
incapacidad de vivir sin música.
Estamos en unos tiempos en los que el lenguaje se
agota haciendo que la palabra sea un lugar menos
estable. Quizá aquí palabras como experimental y
pop sean de las que perdieron un modo concreto de
nombrar. La primera porque no tiene ningún fondo
(desde afuera se usa para lo que no se entiende y desde
adentro se puede usar para evitar ser evaluado) y la
segunda porque algunos la tratan como popularidad y
otros como vacío o un modo sofisticado de artesanía.
Más allá de estas trampas del lenguaje, realmente hay
músicos en Medellín que están experimentando, y hay
otras motivaciones para el arte –delirantes y muchas–
que están por fuera del mercado.
Definir a algo como pop por gustarle a mucha gente
o por ser suave y estilizado, como pasó duramente
tanto tiempo en las posturas del Punk, es algo que no
genera muchas rutas ni crea un debate interesante. Más
bien podemos hablar de cancioncitas que se vu V