meses, luego cada mes, hasta llegar a una etapa en la
que se dan presentaciones semanales.
El retorno plantea una conexión con el territorio y, con
este, organizaciones de base, procesos de financiación
sociales y organizaciones culturales de la ciudad en las
que aparecen primero la Red Juvenil de la comuna 8 y
luego la fundación Mi Sangre.
“Nunca hubo un pensamiento de ganar tales cosas.
Siempre lo hice más por ayudar, más que por ganar”.
El amor por la música y por “ese alimento que son los
aplausos” se une acá con la satisfacción de que niños o
adolescentes se “enfoquen en otra cosa”, asuntos lejos
de la violencia y la autodestrucción de las adicciones.
Aquí lo social busca relacionarse con lo comercial,
más que con el underground (filosofía clandestina o
desautorizada) que otros grupos tratan de relacionar
con sus militancias. Están interesados en que su Rap lo
escuchen raperos
y no raperos, por
eso quieren ser
muy claros, que el
mensaje se pueda
entender, y en eso
buscan también la
caracterización del
grupo. La fórmula
para ser comercial
y tener una mirada
social son las letras,
explican.
‘AK47’ le canta “a
la violencia, a la
no-violencia”. “Y no
es tanto uno decir
‘no hay que ser
violentos, no hay
que ser tal cosa’. Sino que por medio de vivencias y de
una misma historia que la gente piense que estamos
mal, estamos mal en lo que estamos haciendo”. Hay una
apuesta por no juzgar y sólo describir.
Entonces, primero la letra siempre, y de ahí se
organizan los tiempos del estudio de grabación.
Empiezan a mostrar la canción a capela, sin nada, así
como la tienen y el productor comienza a buscarle el
ritmo, a estructurar toda la pista, y de ahí el grupo le va
dando las ideas de corrección, de ajuste a su estilo, a lo
que quieren. Luego, cuando les dan la pista empiezan
a ensayarla para quitarle cosas y agregarle, y hacer
entonces la grabación de la canción.
El escenario parece ser una prioridad, pero han tenido
unas ideas que superan las presentaciones y redundan
en lo netamente musical. Técnicamente es una
agrupación, como la mayoría en el Hip-Hop, que se crea
426
con empíricos y que, más aún, no tuvo ningún guía. En
la fase correspondiente al 2013 han contado ya con un
profesor gracias a alianzas con fundaciones culturales.
Esta alianza le da paso a la idea de evolucionar a “que
todo les quede en vivo”, renunciar a la pista y ser un
grupo de Rap con batería, guitarra eléctrica, bajo y
además violines.
Ya hicieron un ensayo en La gran batalla, pero todavía
sin renunciar a la pista, y están contentos con el
ensamble de violines. La estrategia es con una banda
de Rock que se llama ‘Musinova’, que aunque van a
seguir con su propio trabajo, parecen dispuestos a un
ensamble de larga duración.
Llegan a esta idea después de cincuenta canciones
grabadas (al 2013) que los han llevado a Urabá,
Rionegro, Bogotá, Caldas, Donmatías y a un concierto
en Medellín ante ocho mil personas.
Si se les pide que nos
hablen ión en la cena
anual de Mi Sangre,
puntualmente el
instante en que Juanes
(el reconocido cantante
colombiano) se sube al
escenario a felicitarlos.
El camino de ‘AK47’ se
puede analizar en dos
momentos: primero, la
rabia y la indignación
de un adolescente
desplazado de Puerto
Berrío que encuentra
un refugio y un canal
de expresión en la
música, y luego, el
reconocimiento, el
miedo de cantar en un escenario, esa vinculación tan
vital a una audiencia.
Sigue siendo inolvidable la primera presentación,
la que le