para empezar una gira de conciertos por pueblos y
festivales. Era una banda que encendía el lugar a donde
llegaba, con una instrumentación bien trabajada, y,
a pesar de no tener todavía mucho material, podían
tocar covers que modificaban con mensajes propios e
intercalaban con sus canciones.
De toque en toque fueron acoplando el ‘Zafarrancho’. Su
propósito no ha sido sacar un álbum entero ni pensar
en grandes trabajos, sino sacar canción por canción,
como han hecho hasta ahora. De esto, rescatan que hay
concentración y trabajo, hacer de cada canción un éxito
como la ‘Cumbia del Estudiante’.
El trabajo de composición lo hace el vocalista, él piensa
las canciones y sus letras. En concreto, cree que al
estar haciendo Cumbia y ritmos tropicales, tienen
una oportunidad única para transmitir un mensaje
a mucha gente: “La música es un vehículo”. Y ese
mensaje, explican, debe de tener una posición política
acompañada de música bien trabajada para alcanzar
más difusión de las letras. Para esto, encontraron lo que
ellos llaman “Parranda Muffin”, un género inventado
por ellos y que según cuentan tienen mucho de Cumbia,
pero también Rap (les gusta rapear en las canciones),
algo de Reggae y sonidos tropicales.
Con este acelerado crecimiento, en sus inicios
llegaron a un concierto que recuerdan con bastante
emoción: el de la despedida de año de la facultad de
artes de la Universidad de Antioquia. Entre el público
estaban decenas de profesores de música (todos
los integrantes de la banda son empíricos), además
de la pianista Teresita Gómez, el maestro Fernando
Pabón y el director de la Sinfónica. La presencia de
maestros escuchándolos los asustaba, pero al final
del concierto los asistentes pidieron una canción más
e, incluso, Pabón se subió a la tarima a cantar una
canción con ellos.
Con esto, vino la discusión de ser o no comercial. Aquí,
ellos prefieren mantenerse a un lado, en especial
porque nunca ha sido la pulsión inicial que los llevó
a hacer música. No obstante, no estaría mal estar en
una escena donde hubiera un reconocimiento por el
trabajo musical, más con una banda como ‘Zafarrancho’,
con el montaje técnico y las horas de disciplina y
trabajo invertidos. Es allí donde ven difícil progresar
como músicos porque, a pesar de que han contado con
buenos espacios y muchos conciertos, les preocupa
enfrentarse a emisoras que les piden payola (regalos
para los oyentes) o bares y lugares que lo máximo que
pagan es el transporte de la banda. Esto proviene de
un Estado que poco consumo cultural genera y de una
escena que replica muchas de estas prácticas. Al final,
son descreídos con el disco físico o con los proyectos
largos, y por eso, por el momento, sólo le apuestan a
una sola canción a la vez y a estar tocando en muchos
396
escenarios, ya que allí ven el verdadero valor de la
música actualmente.
Entre sus canciones están ‘El Montañero’, ‘La Cumbia
del Estudiante’, ‘Sentimiento CO’ y el ‘Jornalero’ de
Octavio Mesa, a la cual le agregaron fraseos de Rap
cortos con sus mensajes. Con estas canciones han
conquistado festivales en varios pueblos y prendido
conciertos que parecían imposibles. En últimas,
‘Zafarrancho’ nos enfrenta a un fenómeno que ha
tenido acogida en los últimos años, lo colombiano en la
música alternativa, y que tiene por delante un escenario
bastante competitivo. A pesar de esto, para ellos no
parece ser un problema, siempre y cuando tengan el
güiro y la guitarra para arrancar su Parranda Muffin en
cualquier escenario que tengan al frente.