Ruido.pdf Oct. 2014 | Page 374

ciudad que se daban cita con la curiosidad de conocer bandas nuevas o la oportunidad para escuchar en vivo una agrupación que ya les gustaba, que representaba mucho en una historia. El Festival ha servido para darle un lugar a la reaparición de Ramiro Meneses con ‘Peste Mutantex’ y a los legendarios ‘Yetis’.   En ese proceso fue muy importante el encuentro con Festival Internacional Rock Comuna 6, con el que se empezaron a compartir bases de datos, gestiones y recursos técnicos. El festival, dirigido por Faber Ramírez, tenía ya un camino contactando a bandas internacionales, bandas nacionales de gran factura y a lo más importante de la escena local. Castilla Festival Rock se ha mantenido con inversión pública, pero casi siempre mediante un ejercicio de participación comunitaria, como es el Presupuesto Participativo, y un rol central de organizaciones solidarias, culturales y sociales donde resaltan Picacho Con Futuro, Construyendo, Comfenalco y Confiar. Adicionalmente, el apoyo de los comerciantes que se expresa en pautas económicas ha sido definitivo para generar el clima adecuado en la zona para un asunto de participación primero, y luego convivencia o coexistencia. El valor principal, sin embargo, siempre queda oculto y consiste en el total o parcial voluntariado de los organizadores. Con esa compleja ecuación de economías y “falta de cálculos” logran hacer un concierto sin puertas, sin rejas, imposibilitado para el cobro y para requisas. La experiencia -mitad lograda por el proceso y mitad por la 68- consiste en estar fundido con la calle, con el barrio, con un encuentro de ciudad intenso en diferencias y de gran vitalidad.   La idea de Castilla Festival Rock surge en La Guardia, un bar de Rock que se había convertido en un centro cultural gracias a Juan Salazar y las presentaciones de bandas que organizaba. El concierto se empieza a plantear como una desembocadura de varias bandas que se presentaban en el bar y con las que ya se estaba soñando.   Es también en La Guardia donde se funda Ciudad Frecuencia -como sala de ensayo-, con la urgencia de preparar las bandas que se iban a presentar y la apuesta de subir el nivel. Todo el ejercicio era el de darle canales a una música que seguía emergiendo y buscaba desesperada un lugar, sus propias fórmulas. Ya entre Castilla Festival Rock y Ciudad Frecuencia el proceso continuaría en dos caminos: mejorando como evento musical y logrando procesos de formación y fortalecimiento de las bandas. Así se crearía un circuito de confluencia en el festival, pero también de continuidad a partir de la cotidianidad que permitían Ciudad Frecuencia. 374  En el nombre, la frecuencia por el encuentro, por frecuentar, y ciudad por el espacio para ese encuentro, porque a pesar de la importancia del epicentro en Cast