canciones. Les salía fácil componer canciones de amor
y algo de las cotidianidades que surgían de ese naciente
parche, pero nunca cantando a problemas sociales o de
contexto como lo ha hecho el Punk regularmente.
Al ser dos voces, en guitarra y bajo, y acompañamiento
de la batería, tienen una música con acordes simples,
pero fuerza y eco en las voces, llenando, a ratos, la
relativa ausencia de instrumentos. Además, a la hora de
componer ha sido fácil entre tres, todos aportan sobre
una base que alguno saca y con un acople que funciona
bastante bien, les es muy fácil sacar canciones.
Siendo este su primer proyecto musical, han trabajado
la exploración de sonidos y técnicas juntos. Fuera de
algunas clases particulares, ninguno estudió música.
En la casa de uno de ellos invirtieron horas y horas
a trabajar en aprender música, en buscar su sonido.
Como pocas bandas, contaron con la suerte de tener el
apoyo de una de las familias y tener allí un espacio con
instrumentos y sonido, dedicado sólo para el proyecto
de ellos.
A diferencia de cuando eran banda tributo que tenían
conciertos frecuentes por fuera de la ciudad y varios
toques asegurados, como banda con canciones propias
no fue tan fácil moverse al principio. Primero, porque
no buscaron mucho y hubo un encierro para mejorar
técnicamente y componer el primer EP; y luego, porque
entraron en un género o estilo que quizás estaba
rodeado de bastantes bandas y en el cual es difícil
hacerse visible. Pero esto es a la vez una fortaleza y
ellos lo han entendido. Con las bandas que comparten
la estética de Punk Rock Californiano y el Skate han
encontrado una red para compartir y mover la música,
bien sea por las redes sociales de cada uno o con
intercambio de producciones físicas para venderlas en
diferentes ciudades del país.
En este movimiento de redes y amigos encontraron
la grabación de su primer EP. Financiado todo por
ellos y ayudados por amigos de otras bandas, sacaron
el primer disco con cinco canciones: “Magnus”. Con
disco en mano y pensando en tratar de darle cierto
valor a la banda, empezaron a distribuirlo e intentaron
no dejar mucho de este en redes sociales para darle
más posibilidades al disco. Lo mandaron a tiendas de
Bogotá, donde ya se habían hecho un nombre por su
paso como banda tributo, y dejaron otro tanto para
vender en los conciertos a los que han ido.
Estas bandas de Punk Rock suelen moverse alrededor
de símbolos y mercancías identitarias que sirven para
darles ingresos adicionales. ‘Lemmings’ le apuesta a
eso. Fuera de los conciertos y los cd, han ido armando
la imagen de la banda alrededor del lemming, y con
botones, camisas, adhesivos han buscado fortalecer
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esta imagen, que a veces suele dar mejores resultados
económicos para las bandas que los mismos discos.
El Punk Rock, y en especial el que está más cercano a
los skaters, tiene unas imágenes y sonoridades muy
marcadas que se pueden rastrear fácilmente en la
historia de la música local e internacional. Ellos han
entendido esa imagen, esos símbolos, y es desde ahí
desde donde quieren construir su proyecto musical,
pero no porque quieran emular este entramado
de imágenes, sino porque ellos vienen de ahí, son
skaters, bastante jóvenes, que querían estar encima
de la tarima. Para ello cuentan con una banda que
tiene bastantes posibilidades en una escena que,
aunque competida, abre espacios, conocen las redes
de Punk Rock en la ciudad y el país, y gradualmente
han ido llegando a un público que asiste a eventos y
está al tanto de lo que está pasando con las bandas
que disfrutan.