de integrantes, pero Piolín siguió sacando trabajos.
Siempre con la idea de “no plagiarse a sí mismo”, es
decir, intentando cambiar sonidos, composiciones,
en últimas, dando respuestas a las “sinfonías” que lo
llevaban a escribir música.
Con esta frecuencia vendrían tres demos más hasta
1996, cuando sacaría un trabajo llamado “Egipto”. Este
era un disco trabajado durante cinco años en estudio
por Piolín. Aunque criticado por muchos en el Metal
por ser algo totalmente diferente, daba cuenta de la
poesía, la filosofía y la literatura que atravesaban el
estilo de ‘Reencarnación’. Para Piolín era una “sinfonía
maniaco-depresiva”.
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A finales de la primera década del 2000 las bandas
llamadas de Metal Medallo estaban empezando a dar
vueltas de nuevo. Festivales como Altavoz, Festival
Metal Medallo y Del Putas Fest empezaban a dar un
lugar de altura a estas bandas. ‘Reencarnación’ vivió
esto dando grandes conciertos y trayendo tres trabajos
más. Muchas bandas se reencontraban como volviendo
a nacer, mientras que Reencarnación, sin cansancio
aparente más de dos décadas después, seguía en pie,
bien fuera desde el trabajo de estudio y producción o
desde la banda montada en tarima tocando de nuevo
aquella canción de 1988 que ha sido un himno del
Metal Medallo: “Funeral del Norte”.